30 Días Derrotando Al Archienemigo De Nuestras Finanzas (Mammón)Ejemplo

NECESIDADES vs DESEOS

Algo básico en la gestión financiera es definir lo que realmente necesitamos y lo que es un deseo. No estoy en contra de los deseos, pero si son la agenda de nuestras emociones, la vida se complicará mucho. Hay deseos legítimos, pero hay una industria de deseos para captar nuestra atención. Hablamos de un tema y luego, cuando abrimos nuestras redes sociales, el atractivo comercial relacionado con lo que hablamos grabado por la inteligencia artificial aparecen uno tras otro en nuestra pantalla. ¿Cuáles son sus necesidades reales? Actualmente, vemos una tendencia hacia el minimalismo, donde debe valorarse lo sencillo: si es habitual, es bello. La sencillez debe ser un valor. Cuando te encuentres con otra compra importante pregúntate: ¿Es una necesidad o un deseo? Por desgracia, no respetar esto puede llevar al endeudamiento, y el endeudamiento puede convertirse en esclavitud. Los intereses son altos, carcomen nuestro poder adquisitivo y pueden colapsar nuestras finanzas. Sólo contrae deudas razonables, temporales y justificables, y no seas esclavo de tus deseos.

Una nota sobre deseos: Dios es nuestro Padre y no sólo quiere satisfacer las necesidades de sus hijos, sino también sus deseos. Creo que cuando los deseos son santificados, pueden ser escuchados por el Padre. Sé que si has estado caminando con Dios por un tiempo, ya has experimentado innumerables historias de deseos cumplidos. No tengas miedo de desear, pero no cedas a ellos sin reflexionar, y si tienes que optar por un deseo o necesidad, utiliza tu dinero adecuadamente. Si actualmente vives con deudas, debe estar siendo muy difícil. Busca al Señor y la ayuda de consejeros. Creo en la intervención del Padre, y no será diferente contigo. Sin embargo, asegúrate de aprender las lecciones que necesitas aprender para nunca más, en lo que a ti respecta, ser esclavo de las deudas. Definitivamente, aprende a distinguir las necesidades de los deseos.

Comprende que: No podemos trivializar el uso del dinero; debemos separar bien lo que es un deseo de la necesidad. Saber hacerlo puede protegernos de los ataques de Mammón.