Creados para la profundidad, pero viviendo en las alturas

Tal vez te parezca incoherente, pero en Dios, eso es posible. No fuiste creado para vivir de manera superficial, sino para tener una relación íntima y profunda con Dios, conocerlo de manera personal y permitir que Él ocupe todo de ti. Fuiste creado para la profundidad, porque es allí donde obtienes sabiduría, en donde recibes revelación de Su voluntad para tu vida, en donde encuentras respuesta a tu propósito eterno de parte de Dios; donde conoces la personalidad del Padre. Es en la profundidad donde entiendes tu identidad en Dios y conoces todo lo que ha sido depositado en ti para lidiar con todo lo que enfrentas día a día.

Dios te conoce y tiene interés de que le conozcas en su totalidad. Esto ocurre cuando le buscas por medio de Su palabra, la oración y la comunión íntima con Él. Quiere que tus raíces sean fuertes, que sean profundas tu fe, tu amor, tu adoración a Él, tu relación con tus semejantes, tu capacidad de perdonar. Dios no quiere una parte de ti, Él necesita todo de ti; pero no para jactarse por ello, sino para bendecirte de acuerdo al diseño con el que te pensó desde la eternidad.

Ese diseño es la profundidad en tu relación con Él, pero en esa profundidad también te da la capacidad de vivir en las alturas a las que perteneces, las alturas que te mantienen por encima de las circunstancias que vives, por encima de las montañas que se levantan para hacerte oposición cuando quieres avanzar en dirección al cumplimiento de tu llamado en Dios; por encima del miedo, del dolor, de la amargura, del pecado.

Vivir en las alturas implica tener tu mirada puesta en lo eterno, en el cielo, en tu salvación, en lo que Dios ha dicho de ti y lo que te ha dicho a ti.

Oración

Pido a Dios que te ayude a poder ir más profundo en tu relación con Él, a conocerle más, amarle más y ser más como Él; con un corazón conforme al suyo, pero que vivas por encima de todo lo que el mundo te ofrece cada día, empujándote a apartarte de lo que Él ha diseñado.