¿Cómo orar?Muestra

¿Repetir u orar?

La oración es hablar con el Padre. Hemos visto que debemos hacerlo en el nombre de Cristo, también que debemos ser sensatos a la hora de pedir y hacerlo conforme a la voluntad del Padre; que aprendemos cuál es esa voluntad a partir del estudio de la Palabra de Dios, y hoy culminamos hablando de algo importante también: la repetición.

En la Mateo 6:7-8, Jesús nos dice: “Y orando, no uséis vanas repeticiones, como los gentiles, que piensan que por su palabrería serán oídos. No os hagáis, pues, semejantes a ellos; porque vuestro Padre sabe de qué cosas tenéis necesidad, antes que vosotros le pidáis”. El repetir con insistencia la petición de algo no es garantía que se nos va a dar. Nuestro Padre sabe lo que necesitamos, es un Padre de amor que tiene cuidado de Sus creaciones, más aún con nosotros Sus hijos e hijas a quienes ama con tanto amor que dio a Su Hijo en la cruz para darnos la salvación y la vida eterna.

El orar, grosso modo, es hablar con nuestro Padre. No debemos tener temor de Él ni tener tanto protocolo. Claro está que siempre debemos guardar el respeto y ser obedientes, pero la mejor oración es la que nace del corazón y, al abrir nuestra boca, fluye de manera natural. Orar es un espacio íntimo en el cual podemos decir todo sin temor a que nuestro Padre nos señale porque Él está allí para guiar, fortalecer y dar libertad de toda atadura. Seamos sabios y usemos la poderosa arma que el Dios Creador de todo nos ha dado para derribar las fortalezas de maldad; este será nuestro próximo devocional si así el Padre lo permite. Oremos:

Padre bueno, te damos las gracias por el arma de la oración; gracias porque por medio de ella nos proveíste del medio idóneo para tener una relación íntima y personal contigo. En el nombre de Jesús, te pedimos que nos ayudes a que nunca olvidemos las enseñanzas de Jesús; que todo lo que hemos estudiado en tu Santa Palabra sea escrito en nuestro corazón. Ayúdanos a que en todo tiempo elevemos oraciones agradables a ti, y así podamos recibir la respuesta que tienes desde antes para nosotros. Úsanos para alabanza de tu nombre y que, a través de nuestro testimonio, muchas personas lleguen al conocimiento de tu Verdad. Amén.