Elevar - Subiendo los estándares de las conversaciones sobre el consentimiento Ejemplo

Todos le tenemos miedo a algo: a las arañas, a las alturas o a hablar en público. Pero hay un miedo con el que todos podemos identificarnos: ser rechazados. Tememos el rechazo porque nos hace sentir que no encajamos, o peor aún, que no somos dignos de ser amados. Pero el Apóstol Juan escribió este versículo para decirnos que ese amor perfecto aleja nuestro miedo, incluyendo el miedo a no encajar y a no ser amados. El amor de Dios comunica lo contrario. Siempre encajaremos y siempre seremos amados. Pase lo que pase. No tenemos nada que temer. No importa lo que hayas hecho o de dónde vengas, puedes estar seguro de que, gracias al amor perfecto de Dios, tienes un lugar al que perteneces.

Esta semana, ponte como meta memorizar este versículo. Programa una alarma que te recuerde hacer una pausa y repetírtelo antes de empezar el día.