La paternidad a la manera de DiosMuestra

Aspectos que favorecen una crianza exitosa: La autoridad

El sometimiento a la autoridad es un área de la vida que muchos encuentran difícil. Pero la paz con Dios es imposible sin la subordinación a su autoridad. Por lo tanto, al enseñar a sus hijos la importancia de someterse a la autoridad, la verdad fundamental que deben aprender es que Dios es la autoridad principal sobre todos y sobre todo (Salmo 103.19).

Romanos 14.12 nos recuerda que "cada uno de nosotros dará cuenta a Dios de sí". Y las palabras de 2 Corintios 5.10 son otro útil recordatorio de nuestra responsabilidad ante la autoridad de Dios— y del inmenso valor de las decisiones correctas: "Porque es necesario que todos nosotros comparezcamos ante el tribunal de Cristo, para que cada uno reciba según lo que haya hecho mientras estaba en el cuerpo, sea bueno o sea malo”.

Recuerde a sus hijos que Dios lo ve todo (Salmo 11.4). Esta toma de conciencia debe tener un efecto aleccionador y motivador, así que tenga cuidado de enfatizar el lado positivo. Los hijos que entienden que no pueden escapar de su responsabilidad ante Dios serán más propensos a hacer lo correcto, incluso cuando no haya otra figura de autoridad presente (por ejemplo, cuando estén solos con amigos, cuando comiencen a salir o cuando vayan a la universidad). Y si tomar decisiones piadosas se convierte en un estilo de vida, sus hijos pueden desarrollar una maravillosa relación de amor, en lugar de temor, con un Padre celestial que se deleita en recompensar el bien que hacen en secreto (Mateo 6.4).

La rendición de cuentas a Dios es seguida por la rendición de cuentas a los padres. La Palabra de Dios dice a los hijos: "Obedeced en el Señor a vuestros padres, porque esto es justo" (Efesios 6.1). Sus hijos deben ser conscientes de que Dios les exige que sean obedientes a usted. Al mismo tiempo, debe darles una instrucción piadosa y no ser demasiado duro con ellos (Efesios 6.4). Las Sagradas Escrituras también exigen sometimiento a las figuras de autoridad que Dios pone sobre nosotros. Estas incluyen a los líderes de la iglesia y a los maestros de la escuela, así como a oficiales de policía, autoridades civiles y empleadores. Enseñe a sus hijos que Dios exige subordinación a estas autoridades (Romanos 13.1). Asegúrese de modelar una actitud respetuosa hacia la autoridad, por ejemplo, al expresar opiniones políticas o discutir situaciones en el lugar de trabajo. A medida que sus hijos aprendan esta actitud de usted, estarán menos inclinados a la rebelión en sus propias vidas y mejor equipados para someterse a la autoridad de buenas maneras, incluso como adultos.

Un hijo que acepta la autoridad de Dios y de los demás desarrollará humildad, responsabilidad personal e integridad, y esto "agrada al Señor" (Colosenses 3.20). Por lo tanto, haga que este principio sea esencial cuando trate de enseñar a sus hijos caminos rectos. La paz con Dios que pueden tener solo a través de la obediencia en esta área, no tiene precio.

Ahondemos más en este tema

1. Al observar el comportamiento de mis hijos, ¿puedo identificar una disposición general a someterse a la autoridad? ¿O debo desarrollar su sentido de responsabilidad ante Dios y otras figuras de autoridad (manteniendo al mismo tiempo la seguridad del amor incondicional que tanto necesitan)?

2. ¿Practica nuestra familia la subordinación diaria a la autoridad, como observar las leyes de tránsito, pagar por voluntad propia los impuestos y demostrar respeto a los líderes de la iglesia?

3. ¿He tenido cuidado de inculcar a mis hijos que un día comparecerán ante el trono de Dios para dar cuenta de sus vidas? ¿Cómo puedo ayudarles a ser conscientes de este hecho de una manera que les traiga alegría y entusiasmo, en lugar de miedo y resentimiento?