Entre La Navidad Y El Año NuevoMuestra

… Hasta aquí nos ha ayudado el Señor.

Hasta aquí nos ha guiado Su mano.

Hasta aquí nos ha protegido Su brazo.

Hasta aquí nos ha alimentado Su generosidad.

Hasta aquí nos ha corregido Su bondad.

Gracias Dios por este año.

… Su amor no se limitará.

Su corazón no se olvidará de nuestra necesidad.

Su presencia no nos abandonará.

Su consejo no escaseará.

Su disciplina no sobrará.

¡Quien nunca nos ha fallado, no lo hará jamás!

Bienvenido nuevo año del Señor.

Al margen de lo que vivamos o enfrentemos en el Nuevo Año, de una cosa estoy seguro: “La fidelidad de Dios a los Suyos nunca faltará. De eso podemos estar seguros". Entre tanto, las Escrituras nos exhortan…

El que quiere amar la vida y ver días buenos, refrene su lengua de mal. Y sus labios no hablen engaño; Apártese del mal, y haga el bien; Busque la paz, y sígala. Porque los ojos del Señor están sobre los justos. Y sus oídos atentos a sus oraciones; Pero el rostro del Señor está contra aquellos que hacen el mal. (1 Pd. 3:10-12).

Entender que el Nuevo Año es simplemente una extensión del año que termina hace que no nos preocupemos tanto por la transición del renuevo que trae el Señor para el Nuevo Año. Como en los cumpleaños, solo somos un día mayor que ayer, no un año. Los marcadores de kilometraje en la carretera no solo nos dicen qué tan lejos hemos llegado, sino también qué tan cerca estamos de llegar a casa, y de ver cara a cara, a nuestro Señor y Salvador Jesucristo, y saber nuestra esperanza cumplida.

Una de las cosas reconfortantes del futuro es que simplemente se puede vivir un día a la vez, y en el día que se nos es dado… Un momento, un tiempo a la vez, “Todo lo hizo hermoso en su tiempo; y ha puesto eternidad en el corazón de ellos” (Ecl.3:1-11a).

En nuestro Nuevo Año, al dar las 12:01 de la mañana del 1 de enero, al son de las trompetas angelicales, el Dios de gracia enviará sus renuevos de gracia, los regalos de Su justicia y la bondad de Sus misericordias. Al mismo tiempo, al despuntar el alba, el sol seguirá pintando de dorado nuestras nubes en el horizonte y el canto de los pájaros en la madrugada, nos seguirán anunciando que es hora de levantarnos y buscar al Señor mientras puede ser hallado.

… Otro pensamiento reconfortante es que el gran Dios que se reunió contigo ayer está igual de presente y capaz de encontrarse contigo hoy, sin importar el desafío del mañana. Lo anterior debería motivarnos a adorar juntos…

“¡Oh, Tu fidelidad! ¡Oh Tu fidelidad! Cada momento la veo en mí; Nada me falta, pues todo provees.¡Grande, Señor, es Tu fidelidad!”.