Habitando en Su Palabra: Salmo 119Muestra

Mem «מ»

Lectura: Salmo 119:97-104

Subraya en tu Biblia todas las veces que se hace referencia a la Palabra de Dios.

Esta estrofa es una alabanza a la Palabra de Dios y nos enseña cuáles son los beneficios de meditar en ella:

• «Tus mandamientos me hacen más sabio que mis enemigos, porque son míos para siempre» (v. 98).
• «Tengo más discernimiento que todos mis maestros, porque Tus testimonios son mi meditación» (v. 99).
• «Entiendo más que los ancianos, porque Tus preceptos he guardado» (v. 100).
• «De Tus preceptos recibo entendimiento, por tanto, aborrezco todo camino de mentira» (v. 104).

Somos bendecidos cuando meditamos en la Palabra de Dios con regularidad. Por Su consejo recibimos sabiduría, entendimiento, discernimiento. En los versículos 98 al 100, después de cada afirmación del salmista, está el «porqué» que nos explica que la sabiduría, entendimiento y discernimiento vienen de la comunión con Dios. No es algo que obtenemos con nuestro intelecto, sino por medio de la obra que el Señor hace en nuestras vidas cuando buscamos Su voluntad.

¿Deseas ser sabio y prudente? Medita en la Palabra de Dios.

¿Deseas administrar tu hogar con amor y diligencia? Medita en la Palabra de Dios.

¿Deseas aprovechar tu juventud? Medita en la Palabra de Dios.

¿Deseas ser un buen amigo, hijo, estudiante? Medita en la Palabra de Dios.

¿Deseas ser un integrante útil para tu hogar? Si, medita en la Palabra de Dios.

¿Deseas ser un buen padre o madre? ¡Exacto! Medita en la Palabra de Dios.

Deléitate en la Palabra de Dios

«¡Cuán dulces son a mi paladar Tus palabras!, sí, más que la miel a mi boca» (v.103).

No medites en la Palabra de Dios con el único fin de obtener sabiduría, prudencia y entendimiento, sino con el deseo de ser más como Cristo y poder entregar tu vida como un sacrificio agradable (Ro 12:1). ¿Sabes? En medio de nuestro camino de santificación, algunas Palabras de Dios nos resultan difíciles de aceptar, ya que revelan distintos pecados que nos cuesta dejar. Pero si no perdemos de vista, que la voluntad de Dios es para nuestra «santificación» (1 Tes 4: 3a), entonces Sus Palabras nos resultarán para nuestro beneficio y bienestar. Sus Palabras son muestras del amor que Él nos tiene. Sus Palabras nos protegen mientras Cristo regresa por Su iglesia.