Cuando Dios Dice NoMuestra

Entrégate por completo

El contentamiento nos ayuda a procesar de manera acertada la soberanía de Dios. La oración nos fortalece para seguir el camino y someternos a Su voluntad, a pesar de que las cosas no hayan cambiado. Finalmente, la adoración nos capacita para entrar en un estado superior de vida, ¡un estado de entrega absoluta!

Ana regresó a su casa y, con el tiempo, quedó embarazada. La felicidad se convirtió en parte de su día a día. Penina no se menciona más, porque cuando nos alineamos con Dios, los atormentadores quedan silenciados.

La felicidad de Ana y Elcana no tenía comparación. Sin embargo, ambos sabían que tenían un voto que cumplir. El niño sería entregado al sacerdote Elí para servir a Jehová por el resto de su vida.

Después de completar el tiempo de destete, que suele ser entre dos o tres años, Ana llevó a su hijito al tabernáculo de Silo. Un sentimiento agridulce la embargaba. Ahora, tenía la dicha de ser madre, pero también experimentaba el dolor de la entrega. Sabía que el niño le había sido otorgado por el Dios Soberano y a Él pertenecía.

Por ser de linaje de la tribu de Leví, Samuel, podría servir en diferentes funciones dentro del tabernáculo. Ana entregó a Samuel y termina el relato diciendo que ¡adoró a Jehová! Qué palabras tan profundas brotaron del corazón de Ana. Su poema se registra en el capítulo 2 del Libro de Samuel. Aquí un fragmento:

“La mujer que no podía tener hijos,

ha dado a luz siete veces;

pero la que tenía muchos hijos,

ahora está completamente marchita.

El Señor quita la vida y la da;

nos hace bajar al sepulcro

y de él nos hace subir.

…porque el Señor es el dueño

de las bases de la tierra,

y sobre ellas colocó el mundo”.

La adoración es el reconocimiento de la Soberanía de Dios; todo proviene de Él y, por lo tanto, todo le pertenece. Pero Ana no solo adoró con sus palabras. La adoración verdadera es costosa y no es un camino fácil. Jesús dijo que todo el que quiera ser Su discípulo debe abandonar su propia manera de vivir, tomar su cruz y seguirle (Mateo 16:24). Eso es adoración verdadera. ¡Son más que palabras! Es una vida de completa renuncia y entrega a Él. Es poner Sus deseos por encima de los míos, es esperar con paciencia Sus tiempos, es vivir en coherencia con Su Palabra, es amar al prójimo ¿Estarías dispuesto a ofrecer esta clase de adoración?

Reflexión:

Examina tus oraciones y actos de adoración durante el último mes. ¿Qué reflejan tus palabras? ¿Crees que representan correctamente quién es Dios? Cuando oras, ¿tiendes a someterte a la voluntad de Dios o buscas que se cumplan tus propios deseos? ¿Crees que estás llevando una vida de entrega total? ¿Qué acciones lo demuestran?

Por : Margarita Orozco, creadora de contenidos de Conectar Global

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