Cuando Dios Dice NoMuestra

¡Sé feliz con lo que tienes!

Es maravilloso observar las respuestas de Dios a nuestras oraciones. La alegría que proviene de una oración atendida fortalece nuestra fe y nos impulsa a agradecer. Pero, ¿qué ocurre cuando Dios rechaza nuestros anhelos? ¿Cómo gestionamos la frustración?

La frustración es un sentimiento que emerge cuando no logramos satisfacer lo que deseamos en el momento que lo anhelamos.

En 1 Samuel 1, se relata la historia de Ana, una mujer piadosa que anhelaba tener un hijo varón con todo su corazón. En la sociedad judía, la esterilidad se veía como un castigo divino por algún pecado cometido. Por lo tanto, Ana no solo enfrentaba sus propias emociones al no poder darle un hijo a su esposo Elcana, sino también el juicio de otros y sus propios sentimientos de culpa.

El malestar de Ana crecía cada año cuando Penina, la segunda esposa de Elcana, que sí tenía hijos, la molestaba recordándole que su infelicidad era a causa de la negativa divina a su deseo de concebir.

A pesar de tener un esposo amoroso que la respaldaba y atendía sus necesidades, Ana no lograba disfrutar de su relación con él, llegando al extremo de no querer comer, debido a los pensamientos de desesperación que la llenaban de amargura.

¿Cómo reaccionar de forma positiva ante las negativas de Dios que provocan aflicción? El contentamiento es una disposición interna que nos permite superar nuestros deseos insatisfechos y agradecer por lo que sí poseemos.

El Apóstol Pablo lo manifestaba al decir: “Sé lo que es vivir en la pobreza y lo que es vivir en la abundancia. He aprendido a vivir en todas y cada una de las circunstancias, tanto a quedar saciado como a pasar hambre, a tener de sobra como a sufrir escasez” (Filipenses 4:12). El secreto de Pablo, y que debería ser el nuestro, es que siempre tenía todo lo que necesitaba, a pesar de no tenerlo físicamente. Y ese "todo" era tener a Dios en su vida. San Juan de la Cruz lo expresó de otra manera: “En esto se reconoce al que verdaderamente ama a Dios: que no se satisface con algo menor que Él”.

Reflexión

¿Qué anhelos no se han hecho realidad en tu vida? ¿Cómo has enfrentado esta realidad? Considera todas las bendiciones que sí tienes y adopta una postura de contentamiento y gratitud.