Comprender la pazEjemplo

La penalidad ha sido pagada

Debido al sacrificio de Cristo por nosotros en la cruz, la paz de Dios pertenece a cada persona que ha elegido creer en Jesucristo y recibirlo. Pero para que la paz sea nuestra realidad cotidiana, hay cinco cosas que debemos comprender. Utilizar P.E.A.C.E. (paz en inglés) como acrónimo nos ayudará a recordar cada verdad vital que expone el secreto de un estilo de vida lleno de paz como hijos de Dios.

La primera letra de la palabra paz es la P. Puede servir para recordarnos que la penalidad ha sido pagada. En el primer capítulo de Lucas vemos que Zacarías, el padre de Juan el Bautista, primo de Jesús, profetiza ocho días después del nacimiento de Juan. Según la profecía de Zacarías, comprendemos que Jesús vino a dar el conocimiento de la salvación a su pueblo mediante la remisión de los pecados. En Cristo, que dio su vida en la cruz, nuestros pecados han sido eliminados y ya no podemos hacer nada más para librarnos de ellos. Nuestro pecado no se remite (elimina) cuando nos arrepentimos; nuestro pecado fue perdonado cuando Cristo pagó la pena de muerte del pecado como nuestro sustituto en la cruz. Cristo pagó la pena en su totalidad. No pagó solo una parte de la pena. Murió por nosotros en la cruz. En Él podemos ser plenamente redimidos.

La penalidad queda pagada. Cuando nos arrepentimos y aceptamos a Cristo y su sacrificio en la cruz, su vida viene a nosotros y los beneficios de su muerte y resurrección pasan a ser nuestros. No sólo es esta una de las grandes verdades de nuestra fe como cristianos, sino que es la Buena Noticia que debemos anunciar a nuestro mundo. Ninguna de las religiones vacías del mundo se atreve a sugerir que la condición humana pecaminosa pueda invertirse. Sólo mediante la fe en el Príncipe de la Paz puede satisfacerse nuestra pena de muerte y restablecerse en nuestras vidas una relación hermosa y llena de paz con Dios. Si queremos tener un estilo de vida de paz, debemos recordar que la pena por todos nuestros pecados ya ha sido pagada.