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Biblia Reina Valera 1960

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 <div class="book bkGEN">
 <div class="chapter ch12" data-usfm="GEN.12">
 <div class="label">12</div><div class="s">Dios llama a Abram</div><div class="p"> 1Pero Jehov&#225; hab&#237;a dicho a Abram: Vete de tu tierra y de tu parentela, y de la casa de tu padre, a la tierra que te mostrar&#233;.#Hch. 7.2-3; He. 11.8. 2Y har&#233; de ti una naci&#243;n grande, y te bendecir&#233;, y engrandecer&#233; tu nombre, y ser&#225;s bendici&#243;n. 3Bendecir&#233; a los que te bendijeren, y a los que te maldijeren maldecir&#233;; y ser&#225;n benditas en ti todas las familias de la tierra.#G&#225;. 3.8. 4Y se fue Abram, como Jehov&#225; le dijo; y Lot fue con &#233;l. Y era Abram de edad de setenta y cinco a&#241;os cuando sali&#243; de Har&#225;n. 5Tom&#243;, pues, Abram a Sarai su mujer, y a Lot hijo de su hermano, y todos sus bienes que hab&#237;an ganado y las personas que hab&#237;an adquirido en Har&#225;n, y salieron para ir a tierra de Cana&#225;n; y a tierra de Cana&#225;n llegaron.</div><div class="p"> 6Y pas&#243; Abram por aquella tierra hasta el lugar de Siquem, hasta el encino de More; y el cananeo estaba entonces en la tierra. 7Y apareci&#243; Jehov&#225; a Abram, y le dijo: A tu descendencia dar&#233; esta tierra.#Hch. 7.5; G&#225;. 3.16. Y edific&#243; all&#237; un altar a Jehov&#225;, quien le hab&#237;a aparecido. 8Luego se pas&#243; de all&#237; a un monte al oriente de Bet-el, y plant&#243; su tienda, teniendo a Bet-el al occidente y Hai al oriente; y edific&#243; all&#237; altar a Jehov&#225;, e invoc&#243; el nombre de Jehov&#225;. 9Y Abram parti&#243; de all&#237;, caminando y yendo hacia el Neguev.</div><div class="s">Abram en Egipto</div><div class="p"> 10Hubo entonces hambre en la tierra, y descendi&#243; Abram a Egipto para morar all&#225;; porque era grande el hambre en la tierra. 11Y aconteci&#243; que cuando estaba para entrar en Egipto, dijo a Sarai su mujer: He aqu&#237;, ahora conozco que eres mujer de hermoso aspecto; 12y cuando te vean los egipcios, dir&#225;n: Su mujer es; y me matar&#225;n a m&#237;, y a ti te reservar&#225;n la vida. 13Ahora, pues, di que eres mi hermana,#Gn. 20.2; 26.7. para que me vaya bien por causa tuya, y viva mi alma por causa de ti.</div><div class="p"> 14Y aconteci&#243; que cuando entr&#243; Abram en Egipto, los egipcios vieron que la mujer era hermosa en gran manera. 15Tambi&#233;n la vieron los pr&#237;ncipes de Fara&#243;n, y la alabaron delante de &#233;l; y fue llevada la mujer a casa de Fara&#243;n. 16E hizo bien a Abram por causa de ella; y &#233;l tuvo ovejas, vacas, asnos, siervos, criadas, asnas y camellos. 17Mas Jehov&#225; hiri&#243; a Fara&#243;n y a su casa con grandes plagas, por causa de Sarai mujer de Abram. 18Entonces Fara&#243;n llam&#243; a Abram, y le dijo: &#191;Qu&#233; es esto que has hecho conmigo? &#191;Por qu&#233; no me declaraste que era tu mujer? 19&#191;Por qu&#233; dijiste: Es mi hermana, poni&#233;ndome en ocasi&#243;n de tomarla para m&#237; por mujer? Ahora, pues, he aqu&#237; tu mujer; t&#243;mala, y vete. 20Entonces Fara&#243;n dio orden a su gente acerca de Abram; y le acompa&#241;aron, y a su mujer, con todo lo que ten&#237;a.</div>
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Texto bíblico Reina-Valera 1960® © Sociedades Bíblicas en América Latina, 1960. Derechos renovados 1988, Sociedades Bíblicas Unidas.

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 <div class="book bkMAT">
 <div class="chapter ch11" data-usfm="MAT.11">
 <div class="label">11</div><div class="s">Los mensajeros de Juan el Bautista</div><div class="r">(Lc. 7.18-35)</div><div class="p"> 1Cuando Jes&#250;s termin&#243; de dar instrucciones a sus doce disc&#237;pulos, se fue de all&#237; a ense&#241;ar y a predicar en las ciudades de ellos.</div><div class="p"> 2Y al o&#237;r Juan, en la c&#225;rcel, los hechos de Cristo, le envi&#243; dos de sus disc&#237;pulos, 3para preguntarle: &#191;Eres t&#250; aquel que hab&#237;a de venir, o esperaremos a otro? 4Respondiendo Jes&#250;s, les dijo: Id, y haced saber a Juan las cosas que o&#237;s y veis. 5Los ciegos ven, los cojos andan, los leprosos son limpiados, los sordos oyen,#Is. 35.5-6. los muertos son resucitados, y a los pobres es anunciado el evangelio;#Is. 61.1. 6y bienaventurado es el que no halle tropiezo en m&#237;.</div><div class="p"> 7Mientras ellos se iban, comenz&#243; Jes&#250;s a decir de Juan a la gente: &#191;Qu&#233; salisteis a ver al desierto? &#191;Una ca&#241;a sacudida por el viento? 8&#191;O qu&#233; salisteis a ver? &#191;A un hombre cubierto de vestiduras delicadas? He aqu&#237;, los que llevan vestiduras delicadas, en las casas de los reyes est&#225;n. 9Pero &#191;qu&#233; salisteis a ver? &#191;A un profeta? S&#237;, os digo, y m&#225;s que profeta. 10Porque este es de quien est&#225; escrito:</div><div class="q">He aqu&#237;, yo env&#237;o mi mensajero delante de tu faz,</div><div class="q">El cual preparar&#225; tu camino delante de ti.#Mal. 3.1.</div><div class="m"> 11De cierto os digo: Entre los que nacen de mujer no se ha levantado otro mayor que Juan el Bautista; pero el m&#225;s peque&#241;o en el reino de los cielos, mayor es que &#233;l. 12Desde los d&#237;as de Juan el Bautista hasta ahora, el reino de los cielos sufre violencia, y los violentos lo arrebatan. 13Porque todos los profetas y la ley profetizaron hasta Juan.#Lc. 16.16. 14Y si quer&#233;is recibirlo, &#233;l es aquel El&#237;as que hab&#237;a de venir.#Mal. 4.5; Mt. 17.10-13; Mr. 9.11-13. 15El que tiene o&#237;dos para o&#237;r, oiga. 16Mas &#191;a qu&#233; comparar&#233; esta generaci&#243;n? Es semejante a los muchachos que se sientan en las plazas, y dan voces a sus compa&#241;eros, 17diciendo: Os tocamos flauta, y no bailasteis; os endechamos, y no lamentasteis. 18Porque vino Juan, que ni com&#237;a ni beb&#237;a, y dicen: Demonio tiene. 19Vino el Hijo del Hombre, que come y bebe, y dicen: He aqu&#237; un hombre comil&#243;n, y bebedor de vino, amigo de publicanos y de pecadores. Pero la sabidur&#237;a es justificada por sus hijos.</div><div class="s">Ayes sobre las ciudades impenitentes</div><div class="r">(Lc. 10.13-16)</div><div class="p"> 20Entonces comenz&#243; a reconvenir a las ciudades en las cuales hab&#237;a hecho muchos de sus milagros, porque no se hab&#237;an arrepentido, diciendo: 21&#161;Ay de ti, Coraz&#237;n! &#161;Ay de ti, Betsaida! Porque si en Tiro y en Sid&#243;n#Is. 23.1-18; Ez. 26.1&#8212;28.26; Jl. 3.4-8; Am. 1.9-10; Zac. 9.2-4. se hubieran hecho los milagros que han sido hechos en vosotras, tiempo ha que se hubieran arrepentido en cilicio y en ceniza. 22Por tanto os digo que en el d&#237;a del juicio, ser&#225; m&#225;s tolerable el castigo para Tiro y para Sid&#243;n, que para vosotras. 23Y t&#250;, Capernaum, que eres levantada hasta el cielo, hasta el Hades#11.23 Nombre griego del lugar de los muertos. ser&#225;s abatida;#Is. 14.13-15. porque si en Sodoma#Gn. 19.24-28. se hubieran hecho los milagros que han sido hechos en ti, habr&#237;a permanecido hasta el d&#237;a de hoy. 24Por tanto os digo que en el d&#237;a del juicio, ser&#225; m&#225;s tolerable el castigo para la tierra de Sodoma,#Mt. 10.15; Lc. 10.12. que para ti.</div><div class="s">Venid a m&#237; y descansad</div><div class="r">(Lc. 10.21-22)</div><div class="p"> 25En aquel tiempo, respondiendo Jes&#250;s, dijo: Te alabo, Padre, Se&#241;or del cielo y de la tierra, porque escondiste estas cosas de los sabios y de los entendidos, y las revelaste a los ni&#241;os. 26S&#237;, Padre, porque as&#237; te agrad&#243;. 27Todas las cosas me fueron entregadas por mi Padre;#Jn. 3.35. y nadie conoce al Hijo, sino el Padre, ni al Padre conoce alguno, sino el Hijo,#Jn. 10.15. y aquel a quien el Hijo lo quiera revelar. 28Venid a m&#237; todos los que est&#225;is trabajados y cargados, y yo os har&#233; descansar. 29Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de m&#237;, que soy manso y humilde de coraz&#243;n; y hallar&#233;is descanso para vuestras almas;#Jer. 6.16. 30porque mi yugo es f&#225;cil, y ligera mi carga.</div>
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<div class="version vid149 iso6393spa" data-vid="149" data-iso6393="spa">
 <div class="book bkNEH">
 <div class="chapter ch1" data-usfm="NEH.1">
 <div class="label">1</div><div class="s">Oraci&#243;n de Nehem&#237;as sobre Jerusal&#233;n</div><div class="p"> 1Palabras de Nehem&#237;as hijo de Hacal&#237;as. Aconteci&#243; en el mes de Quisleu, en el a&#241;o veinte, estando yo en Susa, capital del reino, 2que vino Hanani, uno de mis hermanos, con algunos varones de Jud&#225;, y les pregunt&#233; por los jud&#237;os que hab&#237;an escapado, que hab&#237;an quedado de la cautividad, y por Jerusal&#233;n. 3Y me dijeron: El remanente, los que quedaron de la cautividad, all&#237; en la provincia, est&#225;n en gran mal y afrenta, y el muro de Jerusal&#233;n derribado, y sus puertas quemadas a fuego.</div><div class="p"> 4Cuando o&#237; estas palabras me sent&#233; y llor&#233;, e hice duelo por algunos d&#237;as, y ayun&#233; y or&#233; delante del Dios de los cielos. 5Y dije: Te ruego, oh Jehov&#225;, Dios de los cielos, fuerte, grande y temible, que guarda el pacto y la misericordia a los que le aman y guardan sus mandamientos; 6est&#233; ahora atento tu o&#237;do y abiertos tus ojos para o&#237;r la oraci&#243;n de tu siervo, que hago ahora delante de ti d&#237;a y noche, por los hijos de Israel tus siervos; y confieso los pecados de los hijos de Israel que hemos cometido contra ti; s&#237;, yo y la casa de mi padre hemos pecado. 7En extremo nos hemos corrompido contra ti, y no hemos guardado los mandamientos, estatutos y preceptos que diste a Mois&#233;s tu siervo. 8Acu&#233;rdate ahora de la palabra que diste a Mois&#233;s tu siervo, diciendo: Si vosotros pecareis, yo os dispersar&#233; por los pueblos;#Lv. 26.33. 9pero si os volviereis a m&#237;, y guardareis mis mandamientos, y los pusiereis por obra, aunque vuestra dispersi&#243;n fuere hasta el extremo de los cielos, de all&#237; os recoger&#233;, y os traer&#233; al lugar que escog&#237; para hacer habitar all&#237; mi nombre.#Dt. 30.1-5. 10Ellos, pues, son tus siervos y tu pueblo, los cuales redimiste con tu gran poder, y con tu mano poderosa. 11Te ruego, oh Jehov&#225;, est&#233; ahora atento tu o&#237;do a la oraci&#243;n de tu siervo, y a la oraci&#243;n de tus siervos, quienes desean reverenciar tu nombre; concede ahora buen &#233;xito a tu siervo, y dale gracia delante de aquel var&#243;n. Porque yo serv&#237;a de copero al rey.</div>
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 <div class="book bkACT">
 <div class="chapter ch11" data-usfm="ACT.11">
 <div class="label">11</div><div class="s">Informe de Pedro a la iglesia de Jerusal&#233;n</div><div class="p"> 1Oyeron los ap&#243;stoles y los hermanos que estaban en Judea, que tambi&#233;n los gentiles hab&#237;an recibido la palabra de Dios. 2Y cuando Pedro subi&#243; a Jerusal&#233;n, disputaban con &#233;l los que eran de la circuncisi&#243;n, 3diciendo: &#191;Por qu&#233; has entrado en casa de hombres incircuncisos, y has comido con ellos? 4Entonces comenz&#243; Pedro a contarles por orden lo sucedido, diciendo: 5Estaba yo en la ciudad de Jope orando, y vi en &#233;xtasis una visi&#243;n; algo semejante a un gran lienzo que descend&#237;a, que por las cuatro puntas era bajado del cielo y ven&#237;a hasta m&#237;. 6Cuando fij&#233; en &#233;l los ojos, consider&#233; y vi cuadr&#250;pedos terrestres, y fieras, y reptiles, y aves del cielo. 7Y o&#237; una voz que me dec&#237;a: Lev&#225;ntate, Pedro, mata y come. 8Y dije: Se&#241;or, no; porque ninguna cosa com&#250;n o inmunda entr&#243; jam&#225;s en mi boca. 9Entonces la voz me respondi&#243; del cielo por segunda vez: Lo que Dios limpi&#243;, no lo llames t&#250; com&#250;n. 10Y esto se hizo tres veces, y volvi&#243; todo a ser llevado arriba al cielo. 11Y he aqu&#237;, luego llegaron tres hombres a la casa donde yo estaba, enviados a m&#237; desde Cesarea. 12Y el Esp&#237;ritu me dijo que fuese con ellos sin dudar. Fueron tambi&#233;n conmigo estos seis hermanos, y entramos en casa de un var&#243;n, 13quien nos cont&#243; c&#243;mo hab&#237;a visto en su casa un &#225;ngel, que se puso en pie y le dijo: Env&#237;a hombres a Jope, y haz venir a Sim&#243;n, el que tiene por sobrenombre Pedro; 14&#233;l te hablar&#225; palabras por las cuales ser&#225;s salvo t&#250;, y toda tu casa. 15Y cuando comenc&#233; a hablar, cay&#243; el Esp&#237;ritu Santo sobre ellos tambi&#233;n, como sobre nosotros al principio. 16Entonces me acord&#233; de lo dicho por el Se&#241;or, cuando dijo: Juan ciertamente bautiz&#243; en agua, mas vosotros ser&#233;is bautizados con el Esp&#237;ritu Santo.#Hch. 1.5. 17Si Dios, pues, les concedi&#243; tambi&#233;n el mismo don que a nosotros que hemos cre&#237;do en el Se&#241;or Jesucristo, &#191;qui&#233;n era yo que pudiese estorbar a Dios? 18Entonces, o&#237;das estas cosas, callaron, y glorificaron a Dios, diciendo: &#161;De manera que tambi&#233;n a los gentiles ha dado Dios arrepentimiento para vida!</div><div class="s">La iglesia en Antioqu&#237;a</div><div class="p"> 19Ahora bien, los que hab&#237;an sido esparcidos a causa de la persecuci&#243;n que hubo con motivo de Esteban,#Hch. 8.1-4. pasaron hasta Fenicia, Chipre y Antioqu&#237;a, no hablando a nadie la palabra, sino solo a los jud&#237;os. 20Pero hab&#237;a entre ellos unos varones de Chipre y de Cirene, los cuales, cuando entraron en Antioqu&#237;a, hablaron tambi&#233;n a los griegos, anunciando el evangelio del Se&#241;or Jes&#250;s. 21Y la mano del Se&#241;or estaba con ellos, y gran n&#250;mero crey&#243; y se convirti&#243; al Se&#241;or. 22Lleg&#243; la noticia de estas cosas a o&#237;dos de la iglesia que estaba en Jerusal&#233;n; y enviaron a Bernab&#233; que fuese hasta Antioqu&#237;a. 23Este, cuando lleg&#243;, y vio la gracia de Dios, se regocij&#243;, y exhort&#243; a todos a que con prop&#243;sito de coraz&#243;n permaneciesen fieles al Se&#241;or. 24Porque era var&#243;n bueno, y lleno del Esp&#237;ritu Santo y de fe. Y una gran multitud fue agregada al Se&#241;or. 25Despu&#233;s fue Bernab&#233; a Tarso para buscar a Saulo; y hall&#225;ndole, le trajo a Antioqu&#237;a. 26Y se congregaron all&#237; todo un a&#241;o con la iglesia, y ense&#241;aron a mucha gente; y a los disc&#237;pulos se les llam&#243; cristianos por primera vez en Antioqu&#237;a.</div><div class="p"> 27En aquellos d&#237;as unos profetas descendieron de Jerusal&#233;n a Antioqu&#237;a. 28Y levant&#225;ndose uno de ellos, llamado Agabo,#Hch. 21.10. daba a entender por el Esp&#237;ritu, que vendr&#237;a una gran hambre en toda la tierra habitada; la cual sucedi&#243; en tiempo de Claudio. 29Entonces los disc&#237;pulos, cada uno conforme a lo que ten&#237;a, determinaron enviar socorro a los hermanos que habitaban en Judea; 30lo cual en efecto hicieron, envi&#225;ndolo a los ancianos por mano de Bernab&#233; y de Saulo.</div>
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