De paso, pero dejando huellaMuestra
Sé el instrumento de Dios
Continuemos aprendiendo de José, aunque la Biblia habla muy poco de él, lo que podemos aprender es muchísimo, así que veamos que sigue.
Nuevamente a través de un sueño, un ángel le aparece a José, en esta ocasión para decirle que tomara al niño y a su mujer María y huyeran a Egipto porque Herodes quería matar al niño. Le dijo que permaneciera allá hasta que el ángel le dijera. Mientras estuvieron en Egipto escondidos, se cumplió una profecía que decía: “De Egipto llamé a mi Hijo”, esto lo encontramos en Oseas 11:1. Una vez más vemos cumplida la Palabra de Dios por la obediencia de José.
Posteriormente, en sueños, un ángel le dice a José que se levante, tomé al niño y a su madre y vayan de nuevo a Israel, pero en esta ocasión, también por revelación, se dirigen a Galilea, a Nazaret. Y otra vez vemos en el versículo 23 de Mateo capítulo 2, que se cumple lo que fue dicho por los profetas, que habría de ser llamado nazareno, otra profecía cumplida, gracias a la obediencia de José.
En Lucas 2:41 vemos que los padres de Jesús, o sea, José y María, iban todos los años a Jerusalén durante la pascua. José era un hombre que seguía las costumbres, lo hacía todo el tiempo, incluso lo hizo también, llevando a Jesús a esta fiesta de la Pascua cuando éste cumplió los 12 años. Al final de esta fiesta iban de regreso a casa cuando José y María se percatan que Jesús no estaba con ellos, lo buscaban aquí y allá, regresaron a Jerusalén y finalmente lo encontraron. Vemos aquí los sentimientos de José y María en el versículo 48, donde dice “¡Con qué angustia tu padre y yo te hemos buscado!” Me imagino la angustia que deben pasar unos padres cuando no encuentran a un hijo, debe ser un sentimiento aterrador y hacen todo por encontrarlo. José estaba a cargo de su familia, era el responsable de ellos y vemos que él, junto con María, estaba angustiado, tenía un deber y como siempre lo había hecho en su vida, quería cumplir con él y por eso se encontraba angustiado y no paraba de buscar a su hijo hasta que finalmente lo encontraron. Vemos a un José en todo momento justo, responsable en sus deberes como ciudadano, como judío y como padre. Asumió en todo momento su papel como cabeza de familia, para con su esposa, aun antes de estar juntos y con su hijo Jesús aun sin ser su padre biológico. Asumió su papel de tal modo, que era él quien recibía en sueños las indicaciones de lo que tenía que hacer con su familia. Primeramente, para entender que María su esposa tendría un hijo que, aunque no era de él, era Hijo de Dios, no era fácil de entender, pero José lo entendió. Posteriormente para llevar a su familia a Egipto y huir cuidando a Jesús de Herodes; luego para regresar, pero regresar a Nazaret. En esto se cumplieron profecías que se habían declarado décadas, siglos antes. Cuidó a su familia cuando debió cuidarla, se preocupó por ellos en los momentos difíciles e hizo todo lo que estaba en sus manos para cuidarlos, para procurar su bien. José era un fiel judío obediente a la ley y a las costumbres y cumplía con sus deberes, incluso con los que involucraban a Jesús, como cuando lo llevó a presentar al templo y que de paso también esa visita permitió a un hombre justo recibir y ver cumplida una promesa de Dios, y cuando lo llevó a las fiestas de la Pascua al cumplir los 12 años donde Jesús, mientras José junto con María lo buscaban, compartía el tiempo con doctores de la ley, comenzando a involucrarse en los negocios de su Padre celestial. José fue una figura ejemplar para Jesús desde sus primeros días de vida. José se comportó como un padre debe ser. Fiel a su familia, fiel a Dios. No se menciona más de José después de este último evento de la Pascua, pero probablemente en sus últimos años de vida, antes de desvanecerse como la neblina, se dedicó a instruir a Jesús en diversas áreas de su vida. Seguramente le enseñó el arte de la carpintería, también debió haberle instruido en la Palabra de Dios, pues a lo largo de los evangelios, vemos a Jesús citando varios pasajes del antiguo testamento. Jesús debió ser instruido en eso y quien mejor para instruirlo que su padre José.
José tal vez no hizo las grandes hazañas que hicieron tantos personajes de la Biblia, pero José ha sido mostrado como un padre ejemplar, como un esposo ejemplar como un siervo de Dios ejemplar. Tal vez lo que hizo José no es muy diferente a lo que actualmente un hombre de familia hace, pero José lo hizo porque eso era lo que tenía a su alcance, era lo que podía hacer y hacía justo lo que Dios le pedía que hiciera, nunca cuestionó nada, por increíble y extraño que pareciera, solo obedeció, fue fiel a todo y en todo. José aparentemente no hizo tanto, no tiene los grandes reflectores, no aparece mucho en la Biblia, no se habla mucho de él y menos entre enero y noviembre, pero Dios, nuestro Dios lo tiene muy presente, Dios vio en todo momento lo que José hizo y como lo hizo, vio su corazón, su obediencia y disposición y el Señor fue quien lo recompensó, ¿cómo?, le permitió ser parte del linaje del mismo Jesús. El último eslabón de la cadena entre Adán y Jesús es José. Jesús hijo de David; Jesús, león de Judá, Jesús es nombrado así no por la línea de María, es nombrado así por la línea de José. Ese humilde carpintero que vivía en Nazareth, ese hombre justo que obedeció y fue fiel a la voluntad de Dios, ese hombre es el último vínculo entre Adán, el primer hombre de nuestro mundo y Jesús el Redentor de nuestro mundo.
José nos muestra que no necesitamos hacer las grandes hazañas para servirle a nuestro Dios, basta con ser obedientes, fieles, amar y cuidar a nuestras familias. Dios tal vez te está pidiendo que seas ese ejemplo de fidelidad en tu familia, que seas ese hombre fiel y amoroso con tu esposa, que seas ese padre que enseña e instruye a sus hijos, que cuida a su familia, que se preocupa por ellos, por su bienestar a la par de que se ocupa por obedecer y respetar a sus autoridades, siendo ejemplo de ser un buen ciudadano para con su familia. También de estar al servicio del Señor, obedeciendo, confiando y siendo fiel, poniendo lo que está a su alcance para su obra. El Señor quiere que seas ese eslabón entre su Palabra y la instrucción a tus hijos, que seas tú quien los guíe en sus caminos en sus primeros años y tal vez por toda su vida. José no tenía mucho que ofrecer, pero lo que tenía lo puso a la disposición de Dios y gracias a él, a su esfuerzo, a su obediencia, nuestro Salvador y Señor Jesucristo cumplió su misión en esta Tierra. Ese hombre en la cruz llegó a esa cruz gracias a que su padre José lo cuidó y lo instruyó desde su niñez.
Mucho para meditar:
Los planes de Dios a través de ti son más grandes de lo que imaginas.
No necesitas ser una persona extraordinaria para servir.
Deja que Dios te use en donde estás, con lo que tienes a tu alcance.
Escrituras
Acerca de este Plan
Tenemos una vida muy corta comparada con la eternidad, aún en ese breve tiempo, Dios te quiere usar para cumplir con un plan que tal vez ni conozcas. No necesitas realizar las grandes hazañas para servir a Dios. Desde donde estás, con lo que tienes y lo que hay a tu alcance, puedes hacer mucho en la obra de Dios. Sigue este plan para descubrir cómo servirle.
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Nos gustaría agradecer a Daniel Osorio por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://instagram.com/esavocecita