El Llamado a HumillarseMuestra

¿Puedes recordar el momento más difícil que has experimentado hasta el día de hoy en tu vida?

¿Puedes recordar cuál fue tu actitud mientras atravesabas ese momento?

Es imposible que alguien no haya pasado ningún momento difícil en su vida. Momentos así, pueden provocar dos actitudes en nosotros: pueden endurecer nuestros corazones y alejarnos de Dios o pueden suavizar nuestras asperezas. Cuando nos sucede lo segundo es cuando generalmente atendemos el llamado de humillarnos. Culturalmente, la humillación es mal vista, nos da una idea de que el que se humilla es un tonto que no tiene amor propio. Incluso, se nos puede enseñar que por ser hijos de un Rey (Dios) humillarse no va con nosotros. Pero la Biblia dice:

1 Pedro 5:6-11

Humillaos, pues, bajo la poderosa mano de Dios, para que él os exalte cuando fuere tiempo; echando toda vuestra ansiedad sobre él, porque él tiene cuidado de vosotros.

Este texto inicia con esta palabra "HUMILLAOS". Este llamado tiene que ver con tener DEPENDENCIA DE DIOS. Entre más humillados andemos, más fieles podremos serles a Dios. Humillarse ante Dios es una evidencia de que reconocemos que no somos dignos y que somos deficientes en resolver nuestros propios problemas por nuestra cuenta, es gritarle al cielo que Dios es el único TODOPODEROSO.

Jesucristo conoce muy bien el peso de este llamado, Él sabe cada obstáculo que puede presentarse cuando confiamos en recorrer este camino. Él vino y se humilló por obediencia al Padre y por amor a nosotros. Además, es un llamado impregnado de amor y misericordia. Pidámosle a Dios ser obedientes y no esperar situaciones duras para empezar a ser humildes.