Saliendo de la QuejaMuestra

LOS DESVÍOS.

Muchas veces en un viaje, encontramos estas grandes señales que dicen: “DESVÍO”; podríamos pensar que son una incomodidad, pero en realidad nos evitan pasar por partes del camino que están en reparación y realmente son una ayuda. Cuando queremos salir de la queja, existe un “desvío” que podemos tomar, que nos evitará continuar por el camino en construcción.

EL AGRADECIMIENTO, MI MEJOR DECISIÓN.

Todo lo que sale de nuestra boca es por decisión… no hay palabras que salgan de nuestra boca sin que nosotros no hayamos tomado la decisión de decirlas.

Así que, todo el lenguaje quejumbroso que usas, no sale de tu boca por magia. Así como tampoco cambiará por magia; “es cuestión de decisión” debes firmemente decidir no quejarte. Pero el ser quejumbroso es un hábito y los hábitos se cambian por reemplazo… es decir, haciendo algo en vez de … y esto es lo que yo llamo “el desvío” para la queja. Toma más de 21 para establecer un hábito nuevo y más de 40 para eliminar un hábito. Así que en este proceso por algún tiempo estaremos batallando entre lo nuevo y lo viejo, y eso es normal; eso sí, ¡siendo muy intencionales!

La herramienta para desviarnos y salir de la queja no es otra cosa que el agradecimiento.

Tú tienes la libertad que Dios te dio de escoger entre lo bueno y lo malo.

Te invito a que comiences este proceso de desintoxicación de la queja, implantando en tu ser el hábito del agradecimiento.

¡¡Ser intencional será la clave!! Cuando los pensamientos quejumbrosos y de injusticia llegan a tu mente, busca el opuesto a eso, y estoy segura que encontrarás algo por lo que estar agradecido en ese momento.

Yo vivo en Miami, una ciudad congestionada por el tráfico, y muchas veces me encuentro quejándome… Sin embargo, he aprendido a ser intencional y reenfocarme.. Cuando estoy en el tráfico y mis pensamientos de queja llegan, me reenfoco, y le doy gracias a Dios por tener un automóvil para moverme, por tener piernas para caminar, por tener el tiempo para salir y manejar y llegar bien a mi lugar de destino; eso me ayuda a que mi actitud cambie y por consecuencia mi entorno también cambia.

Haz esta oración conmigo:

Señor, hoy te doy las gracias por darme la capacidad de escoger entre lo bueno y lo malo; y entender que la queja no me beneficia. Hoy tomo la decisión de ser agradecido en todo tiempo. Dejaré de mirar el vaso medio lleno, y las situaciones negativas, y me enfocaré en agradecerte por tus bondades en mi vida. Ayúdame a persistir en este proceso de desintoxicación de la queja. Amén.