“La Esperanza Y Poder De La Resurrección"Muestra
La esperanza y poder para ser amados
Alberto Suárez
“Porque tanto amó Dios al mundo que dio a su Hijo único, para que todo el que cree en él no se pierda, sino que tenga vida eterna. Dios no envió a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para salvarlo por medio de él” (Juan 3:16-17 NVI).
“Señor, dales el infierno,” fue la petición que lo cambió todo. Recuerdo, como si fuera hoy, la ocasión en la que estuve participando con miles de personas de un servicio de oración por la ciudad en la que vivíamos. Fueron varias horas de intercesión como pueblo de Dios. No nos conocíamos, pero éramos parte de la familia de Dios.
Lamentablemente, una vez divididos en grupos, uno de los participantes en mi cuadrilla comenzó a orar y pedir intensamente para que Dios castigara el mal comportamiento de la gente en esa ciudad. “Dales el infierno,” imploraba el hombre. Pedía por un castigo “merecido” para los pecadores de la ciudad. De más está decir que nuestro grupo comenzó a dispersarse y a unirse a otros grupos. Este hombre había tocado una fibra muy sensible y el impacto fue inmediato.
El Evangelio de Juan destaca de manera general una visión negativa del mundo. Como diría Walter Brueggemann: “No porque el mundo es inherentemente malo, sino porque el mundo rechaza a Jesús". Precisamente, es este Evangelio de Juan el que nos ofrece la esperanza y el poder para ser amados: “Porque tanto amó Dios al mundo que dio a su Hijo único, para que todo el que cree en él no se pierda, sino que tenga vida eterna. Dios no envió a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para salvarlo por medio de él" (Juan 3:16-17 NVI).
Puede que el mundo sea inherentemente malo, que ponga de manifiesto sobre la palestra lo peor de la humanidad, podríamos hasta decir que no hay nada más por hacer, que nuestra maldad nos condena. Sin embargo, el amado discípulo Juan nos presenta otra posibilidad. La posibilidad de recibir perdón y salvación a través del sacrificio perfecto del Hijo de Dios. Nuestra deuda quedo saldada en la cruz, dando lugar a esa mañana gloriosa de la resurrección. Nuestro castigo era merecido, más el amor de Dios en Cristo cubre hasta el más vil de los pecadores. Gracias al gran sacrificio en el Gólgota hemos pasado de muerte a vida, de seres que merecíamos ser castigados a personas reconciliadas, llenas de esperanza.
Si pudiera regresar a esa noche de oración, le diría a ese hermano que el poder de la resurrección lo cambio todo, merecíamos el infierno, mas ahora tenemos la esperanza de ser amados y perdonados.
¿Qué dice la Biblia sobre el amor de Dios?
Acerca de este Plan
Debido a la resurrección de Jesucristo, los seguidores de Jesús tienen más razones para tener esperanza que cualquier otra persona en el planeta.
More
Nos gustaría agradecer a Wesley Seminario por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://seminary.indwes.edu/