Tatuajes Que Marcan Tu VidaMuestra
«El tatuaje de las drogas»
Me gradué de octavo grado el año que conocí al Señor. En mayo, tuvimos una fiesta en la casa de una de las compañeras de clase para festejar nuestro gran logro. Mi mejor amigo, que también se llama Víctor, fue conmigo a esa fiesta. Éramos inseparables. Asistíamos a una de las escuelas de más prestigio en la ciudad. En esta clase de escuela, por lo regular estudias con el mismo grupo año tras año. Todos nos conocíamos y nos llevábamos muy bien. Creo que teníamos vidas sanas y a pesar que no era una escuela cristiana, se veían valores familiares.
Víctor y yo fuimos a la fiesta y como a eso de las 10 de la noche, unos compañeros, Frankie y Peter, nos llevaron al patio de la casa. Estábamos a la expectativa de qué tramaban. Frankie sacó una bolsa con algo que parecía pasto u orégano seco y lo enrolló en papel de cigarrillo. Era la primera vez que yo veía mariguana. Cuando vi que encendieron el cigarro, lo único que pude hacer fue llorar. Todos se me quedaron viendo y entré como en un estado de conmoción sin poder decir nada.
Salí corriendo y detrás de mí, mi amigo Víctor. Me preguntó qué me pasaba, le dije que nuestros amigos estaban en problemas y que los podíamos perder. Miré a Víctor a los ojos y le dije muy seriamente: «Si te veo tocando la mariguana, por primera vez vamos a pelear, te daré una paliza, no me importa si me ganas, pero te daré duro». Él no regresó con los otros. La fiesta terminó y yo sentí una carga muy grande por mis amigos.
Durante el verano, Dios puso en mi corazón llamar a Peter y a Frankie, pero no tuve el valor. Por semanas enteras sentía por dentro que alguien me decía: «Llámales y diles de mí». Sabía que era el Espíritu Santo el que me hablaba, pero no pude. Dos semanas después, recibí una llamada de mi amigo Joe. La noche anterior, se habían juntado Frankie y Peter para fumar mariguana. Peter sacó la pistola de su papá y bajo la influencia de las drogas, se disparó él mismo por accidente. Su vida terminó esa noche. Me sentí muy mal por no haberles hablado de Cristo, ese sentir estuvo conmigo mucho tiempo. Gracias a Dios, el Señor sanó mi tatuaje de condenación.
El tatuaje de las drogas está acabando con nuestros adolescentes. Las personas que hacen de las drogas una dependencia, nunca serán felices. No importa cuántas fiestas y reventones te avientes, serás la persona más miserable del mundo si tienes el tatuaje de las drogas.
Escrituras
Acerca de este Plan
Este devocional nació de un taller que preparé para un evento de jóvenes. El tema, lo enfoqué en un área que todos en alguna etapa de nuestra vida, tenemos que ser ministrados. Desde que elaboré el taller, expongo con frecuencia este tema y encuentro que muchos jóvenes sufren por los tatuajes que portan. Quizás tú portas uno y no te has dado cuenta. Espero que este devocional de 7 días te ayude a identificarlo y superarlo.
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Nos gustaría agradecer a Basado en el libro "Tatuajes de por vida" del autor Víctor Cárdenas, en colaboración con El Centro Network por facilitarnos este plan. Para obtener más información, por favor visítenos en: http://www.elcentronetwork.com