Tatuajes Que Marcan Tu VidaMuestra

«El tatuaje de la depresión»

El tatuaje dela depresión ataca a muchos jóvenes en estos días. Según el diccionario, la depresión es «una condición psicológica o neurológica que se caracteriza por una inhabilidad de concentración, insomnio, y un sentimiento de mucha tristeza y falta de esperanza. Una reducción en actividad y fuerza. Una reducción en el vigor y actividad fisiológica». 

Hay varias razones por las que se llega a este peligroso estado. Una de ellas es el fracaso. El hecho de que fracasaste no quiere decir que todo se acabó. Nunca es tarde para volver a empezar. La depresión llega cuando los fracasos son el centro de la vida. 

Muchas veces tenemos tesoros emocionales fijados en personas que, como humanos que son, van a fallar. Los adolescentes pueden sufrir de depresión, cuando alguien en quien depositaron su amor, los traicionan. No hay amor perfecto, solo el de Dios. 

Tenemos jóvenes que cambian de novia cada fin de semana y no se dan cuenta que cada vez que comienzan una relación se exponen a la depresión. Joven, no entregues todo tu corazón a alguien que lo puede romper. 

Si alguien te deja, recuerda que Dios nunca te deja y que en el momento más difícil de la vida, Él está en ti para guiarte. Pero te invito a cambiar la forma de pensar con respecto al «Dios bombero», con quien se cuenta solo en momentos de incendios. 

Los problemas familiares, especialmente cuando hay divorcio de por medio, son causa de depresión entre los adolescentes. Recuerdo a Perla, quien entró en nuestro grupo, con 13 años, porque sus padres pasaban por el divorcio y necesitaba ayuda. Se le dio consejería a los padres, pero no dio resultado, tenían una sola cosa en mente: el divorcio. Perla comenzó su viaje por el infierno del divorcio de sus padres. Frecuentemente, se quedaba sola, llorando después de la reunión y no quería regresar a casa, porque lo único que veía, era pelear a sus padres. 

En menos de un año, Perla había estado en tres escuelas, huyó de la casa varias veces, reprobó todas sus materias y entró en depresión. Finalmente, lo que más me temía que pasara, sucedió. Perla decidió huir de casa y se consiguió un novio que prometió cuidarla. Los dos se fueron a vivir a un centro de ayuda para jóvenes. Como un mes después, nos visitó y su condición física era mala, su vida estaba hundida en la depresión. No ha sido fácil para Perla, pero gracias a Dios, hoy ella se recupera de esa crisis que la destrozó. Deja que el amor y comprensión de Cristo, borren todo pensamiento negativo y el tatuaje de la depresión.