Mente Renovada en El LiderazgoMuestra

Más allá de la competitividad

El mundo empresarial quiere que la gente y las empresas compitan ferozmente. Usualmente, se habla de negociaciones ganar-ganar, de buscar océanos azules en el mercado, de penetrar nuevos mercados o de quedarse con “un pedazo más grande del pastel”. Sin embargo, cuando los hijos de Dios están enfocados en ser una fuente de bendición para las otras personas, Dios les provee sabiduría para conseguir nuevas y creativas rutas que van más allá de los esquemas tradicionales de competitividad empresarial.

En una oportunidad visité Japón y un prominente líder en Tokio, mientras nos paseaba por el parlamento japonés, nos dijo que, según su opinión, la cultura japonesa siempre piensa en cómo hacer el “pastel más grande” en cualquier área de vida o trabajo, en vez de pensar en “competir por los pedazos existentes del pastel”. Esa mentalidad cambia la perspectiva de las cosas y de su filtraje. Es una visión expansiva y de abundancia, no divisiva, ni de escasez.

Abram es un hermoso ejemplo bíblico de alguien con una mentalidad expansiva (no competitiva). Tenía vida en abundancia a pesar de que no había librado ninguna guerra, no había conquistado gente, ni había eliminado a la competencia, a diferencia de Nimrod. Abram era hábil para multiplicar, añadiendo valor a sus medios de existencia (Génesis 13: 1-18). Mediante el trabajo, la creatividad, el cuidado y la atención, consiguió aumentar el bienestar de todos con quienes interactuaba.

Con frecuencia la gente ve las cosas desde un ángulo competitivo, y que es normalmente egoísta, pero nuestro Dios es un Dios creativo que tiene miles de formas de hacer llegar su provisión a sus hijos cuando estos piensan en el beneficio de los demás, antes que en el propio.

Para reflexionar: Según Wouter Droopers: “Los empresarios que trabajan según este paradigma se preguntan constantemente, ¿cómo puedo promover el bienestar de la persona que conozco?".

Dr. Jesús A. Sampedro.