Aquí Estoy, Señor: Devociones del Ministerio Tiempo de GraciaMuestra
Pronto te podré alabar cara a cara
Señor Jesús, tú asumiste mi humanidad y naciste como yo nací. Tú honraste a la raza humana viviendo en medio de nosotros y como uno de nosotros. Tú ofreciste tu cuerpo en la cruz, fuiste sepultado como nosotros, y resucitaste no sólo en espíritu sino también en cuerpo.
Cuando ascendiste al cielo, ¡llevaste tu cuerpo contigo! Tú llevaste nuestra humanidad a la misma sala del trono en los cielos. Ahora estás unido a nosotros en la eternidad. ¡Te alabamos y te adoramos! Hemos sido honrados por tu pleno compromiso con el rescate de la raza humana
En cuanto a mí, puedo vivir con alegría y confianza porque tú me has dado la victoria final sobre la muerte, la tumba, y el infierno. Puedo soportar cualquier cosa, sufrir cualquier adversidad, asimilar cualquier aflicción, hacerle frente a cualquier ataque satánico, y soportar cualquier pérdida cuando sé que pronto voy a estar contigo.
No me preocupa lo que voy a dejar atrás aquí en esta tierra; tú vas a remplazar todo eso y me darás mucho más. Pero mi más grande tesoro en el cielo, señor Jesús, eres tú. No puedo esperar a verte cara a cara. Estoy ansioso por darte mi amor y adoración en persona. “En cuanto a mí, veré tu rostro en justicia; estaré satisfecho cuando despierte a tu semejanza” (Salmo 17:15).
Señor Jesús, ven pronto.
Señor Jesús, tú asumiste mi humanidad y naciste como yo nací. Tú honraste a la raza humana viviendo en medio de nosotros y como uno de nosotros. Tú ofreciste tu cuerpo en la cruz, fuiste sepultado como nosotros, y resucitaste no sólo en espíritu sino también en cuerpo.
Cuando ascendiste al cielo, ¡llevaste tu cuerpo contigo! Tú llevaste nuestra humanidad a la misma sala del trono en los cielos. Ahora estás unido a nosotros en la eternidad. ¡Te alabamos y te adoramos! Hemos sido honrados por tu pleno compromiso con el rescate de la raza humana
En cuanto a mí, puedo vivir con alegría y confianza porque tú me has dado la victoria final sobre la muerte, la tumba, y el infierno. Puedo soportar cualquier cosa, sufrir cualquier adversidad, asimilar cualquier aflicción, hacerle frente a cualquier ataque satánico, y soportar cualquier pérdida cuando sé que pronto voy a estar contigo.
No me preocupa lo que voy a dejar atrás aquí en esta tierra; tú vas a remplazar todo eso y me darás mucho más. Pero mi más grande tesoro en el cielo, señor Jesús, eres tú. No puedo esperar a verte cara a cara. Estoy ansioso por darte mi amor y adoración en persona. “En cuanto a mí, veré tu rostro en justicia; estaré satisfecho cuando despierte a tu semejanza” (Salmo 17:15).
Señor Jesús, ven pronto.
Escrituras
Acerca de este Plan
Dios sabe que algunas veces nuestras lenguas y nuestros cerebros no tienen las palabras para expresarle a él lo que queremos, por eso él nos dio el bello libro de los Salmos para darnos esas palabras y pensamientos que necesitamos para hablarle a él. Estas devociones, una para cada día del mes, utilizan Salmos para ayudarle a expresar al Señor sus necesidades, pesares, y alegrías.
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Este plan fue creado por LifeChurch.tv.