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Juega cada cuarto

Cuarto Cuarto – Jugar

Una de las grandes ventajas de estar en un equipo deportivo es que produce sinergia. Esto también es cierto en los negocios. Es la interacción de las personas y la multiplicación de sus talentos y el trabajo compartido lo que produce esta dinámica, siempre que se trabaje en equipo. Recuerda que no hay un "yo" en el equipo.

Hay otra dinámica que también cambia a un hombre u hombres, y es la impartición de coraje, valores y credibilidad extrema de alguien en quien confiamos y queremos emular. Puede ser nuestro entrenador, un líder de equipo, un fundador, un padre o un amigo. Sus valores y sabiduría se "contagian" de nosotros, y comenzamos a sonar, actuar e influir en otros como él. Esta es una "ley de influencia", y nos volvemos poderosamente persuasivos si creemos profundamente por qué hacemos lo que hacemos, y lo que hacemos emerge de esta sinergia de creencias. Esto es lo que vemos en el versículo de abajo, cuando el Concilio del Sanedrín observó a Pedro y Juan.

No podían quitarles los ojos de encima: ¡Pedro y Juan estaban allí tan confiados, tan seguros de sí mismos! Su fascinación se profundizó cuando se dieron cuenta de que estos dos eran laicos sin formación en las Escrituras ni en educación formal. Los reconocieron como compañeros de Jesús, pero con el hombre justo delante de ellos, viéndolo allí de pie tan erguido, ¡tan curado!, ¿qué podían decir en contra de eso? (Hechos 4:13-14 MSG).

La sinergia en la vida de Pedro y Juan fue el resultado de una relación duradera con Jesús a través de la morada activa de Su Espíritu en sus vidas. Esta dinámica hace que seamos mejores que nosotros mismos solo si viene de Él. Hace que tengamos una influencia sobrenatural que normalmente no podemos tener, porque sonamos muy parecidos a Jesús, decimos las cosas que nuestro Coach nos enseñó a decir y tenemos Su poder para persuadir. La gente puede sentir algo en nosotros que es auténtico, real e increíblemente atractivo. Cuando permanecemos en Jesús cerca de Él, somos capaces de jugar a un mayor potencial, porque estamos jugando nuestro mejor juego para Él.