Peso por malas decisiones

Hay un tipo de peso que cargamos por nuestras malas decisiones, mucho de ese peso lo venimos cargando desde nuestra adolescencia o juventud, que es el momento donde nos creemos lo suficientemente “grandes” para comenzar a tomar nuestras propias decisiones. Y es que Satanás es astuto, él no puede dañar a personas adultas tan fácil, él sabe que el momento de aprovecharse de la humanidad es su niñez y su adolescencia, jugando con la inocencia de los niños y los cambios hormonales, tentaciones y malicia que comienzan a ser un poco más tangibles en la adolescencia. Es ahí donde aparece como "un amigo sincero", "un amor verdadero", "una manera fácil de olvidarte de tus problemas", "una manera rápida de comprarte todo lo que quieras sin trabajar"... y muchas veces terminamos abriéndole la puerta y permitiendo que nos dañe.

Quizás alguno de los que leen esto han crecido en una iglesia desde niños, o han escuchado que existe Dios, pero nunca experimentaron una relación real con el Señor. Recuerda que la fe se puede aprender, pero es decisión de cada persona si lo toma como una verdad en su vida o no. Por esto, cuando llega el enemigo a tentarnos y encuentra una fe débil, es muy fácil que nos haga caer.

Haber probado una droga, haber tenido una relación sexual inadecuada, haber herido a alguien, haber abandonado a un persona, cualquiera de esos errores terminan siendo para nosotros una gran carga. Al enemigo le encanta hacernos pecar para luego avergonzarnos. Puede pasar 20 años, que si no entregas esa carga a Jesús, seguirá siendo tan pesada como al principio. Necesitas hoy tomar la decisión de perdonarte a ti mismo por ese error y darte cuenta que Dios también te puede y quiere perdonar.

Recuerda la historia de la mujer adúltera. Una mujer que encontraron pecando con un hombre que no era su marido, la llevaron a un lugar público para humillarla y apedrearla. La pusieron frente a Jesús y le dijeron, la ley dice que tenemos que matarla, ¿tú qué nos dices? Jesús dijo: " Quien no haya pecado nunca, que tire la primera piedra", y bueno, todos se fueron sin poder lanzar la piedra. Pero, pon atención, porque Jesús habla con ella y le dice: Yo no te juzgo, VETE Y NO PEQUES MÁS.

¡Qué maravillo encuentro tuvo esa mujer con el Maestro! Le perdonó la vida y le dio una gran lección a todos los que la señalaban. Pero, de nuevo, tu atención aquí: El señor está dispuesto a perdonarte pero también te dice no peques más. Puedes estar seguro que el peso por los errores del pasado, en Jesús pueden quedar atrás, pero, eso sí, debes de dejarlos atrás y no seguir practicando tales cosas.

No te rindas, falta poco para terminar este plan, nos vemos en el siguiente día.