Esperanza Tras Un AbortoMuestra

El perdón de Dios

A lo largo de esta última semana, es posible que hayas sentido el deseo de confesarte con Dios. En medio de tu dolor, puede que te hayas dado cuenta de que has hecho daño a otros, a ti mismo y a tus hijos a causa de tu aborto. Al hacerlo, has pecado contra Dios.

En la Biblia aprendemos que Dios es bueno y justo, misericordioso y lleno de amor. Dios creó el mundo para que estuviera lleno de amor, bondad, alegría, sabiduría, verdad, belleza y vida, y sin embargo el pecado ha distorsionado el mundo, trayendo dolor y sufrimiento.

Todos somos culpables de pecado. Hemos pecado hiriendo a los demás, siendo crueles o egoístas, y aumentando la tristeza y el dolor en el mundo y en nuestras propias vidas. Necesitamos presentarnos ante Dios (y ante los demás) y ser sinceros sobre lo que hemos hecho y sobre los pensamientos y emociones que hemos tenido. Necesitamos el perdón.

La buena noticia es que el Dios amoroso y justo que creó el mundo entero es también el Dios que no nos trata como merecen nuestros pecados, sino que nos perdona y nos invita a volver a tener una relación con Él. Dios puede perdonarnos y reparar la ruptura que hemos causado porque Jesús dio su vida por nosotros en el mayor regalo de amor. Y Jesús sigue mostrándonos la bondad radical de Dios amándonos cuando no somos amables, perdonándonos cuando somos culpables, sanándonos cuando estamos heridos o rotos, y restaurándonos en relaciones sanas con Dios y con los demás.

1 Juan 1:9 nos da la promesa de que cuando confesamos nuestra culpa a Dios, Dios siempre nos perdonará. No tenemos que ganarnos el perdón de Dios ni "pagar" por nuestros pecados porque Jesús pagó la pena por nuestra culpa. A continuación, el Salmo 103:12 promete que Dios eliminará nuestros pecados tan completamente que estarán tan lejos de nosotros como el este lo está del oeste: ¡infinitamente lejos de nosotros!

Dios no sólo nos perdona, sino que nos introduce en una relación de alianza llena de amor y compasión. Tan alto como los cielos sobre la tierra -¡infinitamente alto! - tan grande es su amor por los que le temen.

Acércate hoy al Señor con tu confesión y recibe de Él no sólo el perdón, sino un amor abundante, infinito y sin fin.