LA OBEDIENCIA ES EL CAMINO A LA BENDICIÓN

Es el trabajo de cada Padre, Madre, Pastor, Líder y persona encargada el de guiar a las personas a una relación con Dios para modelar una vida de Santidad. Cuando se nos presenta una situación en el camino, nuestra tarea es siempre trabajar para presentar a otros a Dios, elevarlos en oración y satisfacer sus necesidades siendo las manos y los pies de Jesús. Los caminos astutos de la serpiente (satanás) fueron simplemente este: su objetivo en el Jardín era hacer que Eva dudara de la soberanía de Dios, la fidelidad de Dios y el amor de Dios por Sus hijos. El enemigo planeó hacer que Dios Padre pareciera alguien que le estaba quitando la libertad a Eva. Nada puede estar más lejos de la verdad; Dios estaba tratando de proteger a Eva tal como cualquier padre protegería a sus hijos. En el relato del Génesis, el camino hacia la bendición era que Eva no tomara el fruto prohibido. La meta era que ella caminara en obediencia, porque el resultado de la obediencia siempre será un camino de bendición.

El enemigo no quiere que vivas en la bendición, el desea que los hijos de Dios vivan en una maldición, lejos de una relación con Jesús. ¡La ley espiritual es que caminemos en el Espíritu Santo y cosecharemos los beneficios del Espíritu! ¡En esta misma hora, Dios está buscando vasijas para establecer el Reino de Dios en esta Tierra! ¿Qué es el Reino del Espíritu Santo? Es vivir tu vida según el propósito de Dios. Vivir tu vida según el Espíritu y no según la carne es la fuente principal de vivir en la bendición. El Espíritu de Dios es el punto de acceso en el reino espiritual en el que accederás al propósito, la autoridad, la provisión, la bendición y la ayuda de Dios en tiempos de necesidad. Vivir según la carne es el punto de acceso para abrir la puerta a las malas influencias, maldiciones, ataduras, adicciones, el pecado y todo lo malo que existe en este mundo caído.

El Espíritu de Dios siempre te guiará a operar en obediencia, sin importar lo difícil que parezca o lo mucho que pensemos que nos estamos perdiendo. Con Dios, nunca estás en el lado perdedor. Sus bendiciones van delante de Sus hijos para que puedan proclamar el Reino de Dios dondequiera que Él nos envíe. Vivir en el Espíritu te lleva a obedecer las instrucciones de Dios, llevándote a las promesas de las que Dios ha declarado en tu vida.