Centinelas en los MurosMuestra

Centinelas en los Muros

por Rocky Fleming

El Radar de Dios

"¿Cómo puede un joven mantener puro su camino? Guardándolo conforme a tu palabra" (Salmos 119:9 NBLA).

"Mantén firmes mis pasos conforme a tu promesa, y ninguna iniquidad se enseñoree de mí" (Salmo 119:133 NBLA).

Me asombro cada vez que leo la Palabra de Dios. Realmente es un instrumento vivo. ¿A qué me refiero con este término? Significa que la palabra de Dios es relevante para las necesidades del hombre de Dios hoy. Ahora, no me malinterpretes con el término relevancia. Una vez escuché a un hombre decir que los cristianos en Estados Unidos necesitan ser más relevantes para nuestra sociedad para que el cristianismo sea relevante. Brinqué y pregunté:

"¿Desde cuándo el cristianismo ha sido relevante para cualquier sociedad? Fíjate en cualquier sociedad en la que existiera el verdadero cristianismo. ¿Acaso esa sociedad no persiguió y mató a esos cristianos? ¿No hizo todo lo posible para acabar con el cristianismo y silenciarlo? Mira a Israel, Roma y Grecia cuando comenzó el cristianismo. ¿Mira el Medio Oriente hoy? ¿Mira a la Europa Occidental de hoy? ¿Mira a la Iglesia perseguida en los países musulmanes hoy en día porque no son relevantes para su sociedad? Por el contrario, creo que los cristianos deberían hacer lo que hizo Jesús y hacer que nuestra sociedad se sienta muy incómoda por el hecho de que no vivimos una vida relevante para sus normas. Entonces nuestra sociedad verá que lo que necesitan es lo que tenemos. Es el contraste de un cristiano que vive su vida para el honor de Cristo lo que habla más fuerte que las palabras que se diluyen para hacer aceptables los preceptos de Dios, o la hipocresía en nosotros que se esconde detrás de una excusa poco convincente de ser relevante para hacer que el cristianismo sea relevante".

Entendió mi punto. Creo que la Palabra de Dios es realmente muy relevante para las necesidades del hombre de hoy. ¿Cómo es eso? La palabra de Dios nos educa sobre cómo detectar amenazas, y como Guardianes en el Muro debemos tener este conocimiento. Algunas personas han considerado erróneamente la palabra de Dios como un libro de reglas. Es mucho más que eso. Es un libro de sabiduría. Es un manual de instrucciones para la vida. Es el plan de un Arquitecto Maestro que nos ha dado instrucciones para construir nuestra vida y legado. Es un mapa del tesoro, y nos conducirá al Tesoro del Universo. Es una pieza de armadura necesaria en nuestra batalla contra el mal.

Por ejemplo, en la palabra de Dios se nos dice que no juzguemos. Esto se convierte en un poderoso dilema dentro de nosotros, ya que tendemos a ser juez y jurado si discernimos que alguien tiene una agenda oculta para dividir o desviar nuestra atención de los caminos y la guía de Dios en nuestra vida. Aquí es donde nuestro conocimiento de la palabra de Dios se vuelve muy importante para nosotros. Puesto que no tenemos derecho ni sabiduría para juzgar a otra persona y se nos da una gran precaución allí, debemos tener otra norma que no sea nuestra persona a la que someternos. La palabra de Dios nos impide juzgar a otra persona al proporcionarnos un contraste entre los caminos de Dios y los caminos del hombre, lo que nos ayuda a ver cuando alguien, incluyéndonos a nosotros mismos, se desvía de Sus verdades. Si no tuviéramos Su palabra, estaríamos sin esta sabiduría o discernimiento para saber cuándo estamos fuera de Su camino o estamos siendo descarriados. Por lo tanto, no podemos ignorar la palabra de Dios y la guía que obtenemos de ella, y aun así ser "centinelas" eficaces para nuestra familia y otras responsabilidades de las que Él nos ha hecho superintendentes.

Al igual que un avión enemigo en el radar antes de que se acerque a nosotros, la primera alerta que debemos tener cuando surge una amenaza, proviene del discernimiento que obtenemos de la palabra de Dios. Es imperativo leerla y aplicarla a nuestras vidas para que estemos equipados como centinelas de la familia de Dios, incluyéndonos a nosotros mismos.

"Esfuérzate por presentarte a Dios como alguien aprobado, un obrero que no tiene por qué avergonzarse y que maneja correctamente la palabra de verdad" (2 Timoteo 2:15).