¿Es bíblico pactar con Dios?Muestra
Existen dos pasajes en las Escrituras que dan lugar a malas interpretaciones. El primero está en un Salmo: “Juntadme mis santos, los que hicieron conmigo pacto con sacrificio” (Salmo 50:5). La versión moderna la traduce correctamente: “¡Juntadme mis piadosos siervos, los que han ratificado mi pacto sobre sacrificio!”, Salmo 50:5 (VM). Esta es la traducción correcta por la sencilla razón de que el pueblo se obligó a cumplir el pacto que ya había sido establecido por Dios (Éxodo 24:3-8). El segundo pasaje está en Esdras 10:3 donde la mayoría de las versiones dicen: “Hagamos un pacto con nuestro Dios” de despedir a las mujeres extranjeras. Sin embargo, en el original dice: “Nos comprometemos solemnemente ante nuestro Dios…”, Esdras 10:3 (BDA2010). Aquí se aplica el mismo criterio que en el Salmo 50. El compromiso no daba lugar a un nuevo pacto. Ellos se obligaban a cumplir el pacto ya establecido por Dios que demandaba el no hacer alianzas con extranjeros, Deuteronomio 7:2-3. Por lo tanto, en todos los casos bíblicos de pactos entre Dios y el hombre fue Dios quién los estableció. Aunque por ahí se anime a la gente a que pacte con Dios a través de una ofrenda, la realidad es que jamás el hombre puede proponer un pacto con el soberano Dios porque eso implicaría el ponerse al mismo nivel del creador. Recordemos que el pacto obliga a las dos partes y no podemos obligar a Dios a cumplir un pacto hecho por nosotros. No puede el hombre promulgar una ley y obligar a Dios a que la cumpla. El ser humano no tiene ninguna autoridad sobre Dios como para darle órdenes o creer que Él está obligado a responder de acuerdo a nuestras demandas. Dios tiene autoridad absoluta sobre aquello que creó.
Concluimos entonces diciendo: ¡Cualquier doctrina que eleve al hombre a una posición de superioridad con respecto a Dios debe ser rechazada! La doctrina que reduce a Dios y exalta al hombre no es bíblica. Hacer un nuevo pacto con Dios no es bíblico, pues Cristo ya hizo el nuevo y definitivo pacto sellado con su sangre donde nos ha incluido y bendecido más allá de lo que podamos comprender: ¡con toda bendición en los lugares celestiales! No necesitamos pactar con Dios para que nos dé una casa o cualquier otra cosa. Si cumplimos con las leyes establecidas por Dios en el Nuevo Pacto, como es la obediencia radical, tendremos más que una casa. No intentemos manipular a Dios o comprar su favor. Si te comprometes a cumplir su Pacto, verás lo bendecido que llegarás a ser.
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Acerca de este Plan
¿Puede el hombre obligar a Dios a cumplir un pacto? ¿Es bíblico animar a que la gente pacte con Dios dando una ofrenda para recibir una bendición? Te invitamos a descubrir la verdad a través de este plan.
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Nos gustaría agradecer a José Luis Cinalli - Silvia López de Cinalli por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://iglesiadelaciudad.com.ar