Maternidad Llena De GraciaMuestra

Protegerlo

Leer: Salmos 5:7-12

EOAO: Salmos 5:11-12

Pero alégrense todos los que en ti confían; den voces de júbilo para siempre porque tú los defiendes; en ti se regocijen los que aman tu nombre. Tú Señor, bendecirás al justo y tu favor lo rodeará como un escudo.

En el texto

Dulce hermana, como madres, una de nuestras funciones más profundas es ser protectoras, no sólo físicamente, sino también emocional y espiritualmente. Aunque cada familia debe decidir qué límites establecerá, podemos proteger a nuestros hijos de las malas influencias, de ciertas películas, de las redes sociales o de otras cosas mundanas. Si bien esta es una parte importante de la maternidad, también podemos crear un lugar donde nuestros hijos puedan encontrar seguridad, paz y amor incondicional, un lugar donde se da la gracia y se extiende el perdón.

Nuestros hogares se convierten en retiros donde los corazones pueden abrirse y liberarse, donde resuena el eco de la risa y las lágrimas se enjugan suavemente. Es en este espacio sagrado donde nuestros hijos aprenden a ser ellos mismos, a explorar, a crecer y a sentirse apreciados. Es un lugar donde no tienen que ser perfectos para ser perfectamente amados.

Por lo tanto, hagamos de nuestros hogares un reflejo del amor y la protección de Dios. Esto no significa que podamos protegerlos de todas las dificultades, sino que podemos ser los brazos que los abrazan, los oídos que escuchan sus preocupaciones y la voz que dice la verdad y el amor en sus vidas.

Al crear este lugar especial de pertenencia, reflejamos el corazón de nuestro Padre Celestial, que es nuestro último refugio y escudo. Él es nuestro protector definitivo. Él nos cubre con Su amor y gracia, y a su vez, nosotros extendemos ese mismo amor protector a nuestros hijos.

Pidamos sabiduría y fortaleza para ser los guardianes de sus almas, guiándoles, consolándoles y mostrándoles el camino para refugiarse en los brazos amorosos de Dios.

Oración

Querido Jesús, gracias por confiarme a estos niños. Ayúdame a crear un hogar que sea un refugio de Tu amor y protección. Dame la sabiduría y la fuerza para cuidar, guiar y educar a mis hijos de manera que se acerquen más a Ti. Amén.

Pregunta

¿Cómo puedes empezar a hablar con tus hijos sobre los buenos límites que Dios ha puesto en nuestras vidas para nuestra protección y florecimiento?