Maternidad Llena De GraciaMuestra

Nuestra mayor vocación - Glorificar a Dios con nuestra vida

Leer: Colosenses 3:12-17

EOAO: Colosenses 3:16-17

Que la palabra de Cristo more en vosotros en abundancia, enseñándonos y exhortándonos unos a otros con toda sabiduría, cantando salmos, himnos y cánticos espirituales, todo con gracia en vuestros corazones a Dios. Y todo lo que hagáis de palabra o de obra, hacedlo todo en el nombre del Señor Jesús, dando gracias a Dios Padre por medio de él.

En el texto

Querida hermana, la Palabra de Dios debería impactar cada área de nuestras vidas. Debe guiarnos, consolarnos y aconsejarnos. Es en las páginas de las Escrituras donde encontramos la fuerza para elevarnos por encima de lo mundano y encontrar un mayor propósito. Cada una de nosotras somos un vaso de Su amor, llamadas a glorificar a Dios a través del ritmo de nuestros días y de cómo apuntamos a otros hacia Jesús.

Ya sea que estés susurrando una oración sobre tu hijo dormido, compartiendo sabiduría con un adolescente reacio o simplemente doblando la ropa mientras hablas con una amiga, tienes que saber que esos momentos son sagrados. Nuestros actos cotidianos adquieren un significado eterno cuando se realizan con amor a nuestro Señor.

La belleza de este llamado es que no requiere logros sorprendentes sino sólo fidelidad en las cosas pequeñas. Jesús se deleita en la sencillez de una vida tranquila vivida con intención. Al dedicarle nuestros días ordinarios, nuestros momentos sencillos pueden volverse centrados en el evangelio y nuestras rutinas habituales pueden convertirse en motivos para adorar.

A través de nuestras palabras y acciones, vivamos para Él mientras atesoramos a nuestros seres queridos, perdonamos libremente y servimos con alegría. Veamos cada día como un lienzo para Su gloria y pintémoslo con los colores vibrantes de Su amor y gracia.

Nuestras vidas son Sus obras maestras más hermosas.

Oración

Querido Jesús, en la tranquilidad de este momento, te pido la gracia de vivir una vida que te glorifique en todo lo que hago. Deja que mi vida sea un testimonio de Tu amor inagotable. Amén.

Pregunta

¿Cómo puedes reflejar la gloria de Dios en las tareas sencillas y cotidianas que te encomiendan hoy?