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Hubo un despegue emocional.

Así como el hijo menor, el hijo mayor tuvo un despegue también, pero en este caso fue emocional e espiritual. Podemos estar físicamente con Dios, pero nuestro corazón está lejos. Aunque el hijo mayor moraba todos los días en la casa de su padre, el hijo mayor no tenía una relación profunda, intima. Hay un momento de pérdida de identidad para el hijo mayor, no supo o entendió su valor o lugar con el padre, él no había aceptado todavía el amor del Padre. Dios desea que tengas una relación en las profundidades.

Manten la fe. Tal como el hijo mayor, nos preguntamos: "Pero Padre, yo he estado contigo todos los días". Uno se pregunta: "Dios, pero cuando será mi tiempo, veo que haces tanto por otros pero y yo, te he servido, pero aún estoy en la espera". Hay una promesa de mantener la fe. Dios dice: "Pero si ya lo tienes todo, solo tienes que tomar tu lugar, a mi lado, en mi casa y pasa conmigo todos los días. Lo que tienes delante de ti es más grande de los que puedes anhelar". El padre no descuidó de uno para atender el otro, ni menospreció uno por el otro. La promesa es para cada uno, el amor del Padre, de Dios, abunda para todos.