Elegancia DivinaMuestra

¿DÓNDE ENCUENTRAS TU VALOR?

A veces me sentía incómoda al escuchar sobre Proverbios 31 y las cualidades de la mujer virtuosa perfecta, ya que me parecían demasiado elevadas. Al enfrentarte a tu realidad, es como mirarte en un espejo y no estar completamente satisfecha con lo que ves, deseando escapar de esa imagen. Sin embargo, al estudiar la Palabra de Dios, meditar en ella y leer con atención, la dirección del Espíritu Santo llegará a ti y entenderás la relevancia de cada texto en tu vida. Hace tres meses, me invitaron a hablar en una iglesia sobre este tema y descubrí una perspectiva reveladora que compartiré contigo. Al estudiar, obtendrás claridad sobre lo que Dios tiene preparado para ti. Recuerda, todas somos únicas y la Palabra de Dios nos habla de forma individual.

Comencemos: Para entender el elogio a la mujer virtuosa, es fundamental analizar el contexto de estos versículos. Al investigar los versículos 10 al 31, decidí comenzar por el capítulo completo para comprender su trasfondo. Me llamó la atención los versículos 1 y 2, que indican que estos proverbios son las palabras de la madre de Salomón. Lemuel era otro nombre dado al Rey Salomón. Al comprender esto, podemos deducir que la autora intelectual de este capítulo era Betsabé, inspirada por el Espíritu Santo para comunicarse con el Rey Salomón, como menciona la Biblia en 1 de Pedro 1:21 sobre la inspiración divina de toda Escritura. Esto me hizo comprender el valor de la mujer. ¿Quién era Betsabé? Era la esposa de Urías, un soldado fiel del ejército de Israel, como se relata en 2 Samuel 11:1 al 5.

Consideremos lo leído hasta ahora: En la mayoría de los techos de los países del Medio Oriente, las actividades cotidianas como comer o recibir visitas se realizaban en el techo (azotea), que era plano. Sin embargo, bañarse en público en el techo no era común. David, al descansar en su azotea en lugar de ir a la batalla, vio a Betsabé, quien era muy hermosa. A pesar de saber que ella estaba casada, la lujuria y la pasión cegaron a David, quien la hizo llamar y cometió adulterio. Betsabé quedó embarazada, David mató a Urías y Dios castigó a David con la muerte de su hijo. ¿Fue únicamente culpa de David? Betsabé mostró falta de pudor al bañarse en público, incluso cuando su esposo pasó la noche afuera del palacio del rey sin regresar a casa. No lo buscó ni le contó lo sucedido.

Al leer, comprendo que Betsabé tenía antivalores como: lujuria, pasión, mentiras y egoísmo. Al escudriñar la Palabra, Dios me mostró que el valor no se define por la percepción de los demás, nuestras acciones o posesiones, ni por cómo nos vemos en cierto momento de la vida, sino por el valor que Dios nos otorga. El capítulo de Proverbios 31 nos ilumina sobre este tema y antes de avanzar es vital reflexionar sobre lo siguiente: ¿Cómo te percibes en este momento de tu vida? ¿Cómo te ven los demás? Reflexiona sobre los textos mencionados y permite que Dios te hable en este momento. La elegancia divina te inspira a auto examinarte como mujer y reflexionar sobre tu percepción personal y la de los demás.

Desafío: Dibújate y escribe cómo te ves, luego pídele a otros que te describan y dibújate según su percepción.