Para nunca más estar solosMuestra

Día 2

El segundo principio que debemos entender, guardar en nuestros corazones y aplicar, es el siguiente: Jesús es nuestro AMIGO FIEL.

Jesús quiere que cada uno de nosotros tengamos una relación íntima con Él, confiando en que podemos contarle todo a Él: nuestros momentos felices, pero también aquellas preocupaciones que podemos llegar a tener, nuestros problemas, anhelos y necesidades.

Él desea que entendamos que esta amistad no depende de nuestras circunstancias, ni de lo que tenemos o no tenemos, está amistad tampoco depende de cómo ha sido nuestra conducta.

¿Te imaginas poder tener un amigo que siempre esté con nosotros? Un amigo que siempre esté en las buenas, así como en las malas, un amigo que pase lo que pase nunca nos va a fallar.

Así es, la solución a la soledad no es algo, sino ALGUIEN, es Jesús, el Hijo de Dios. No tenemos por qué andar por la vida sintiéndonos solos, sintiendo que nadie nos comprende, sintiendo constantemente que no tenemos con quién compartir nuestra vida.

¡Bendito sea el Señor, mi protector! Él es quien me entrena y me prepara para combatir en la batalla; él es mi amigo fiel, mi lugar de protección, mi más alto escondite, mi libertador; él es mi escudo, y con él me protejo; él es quien pone a los pueblos bajo mi poder.

Salmos 144:1-2 DHH

Te invitamos a tomar un tiempo de reflexión:

• ¿Sabías que Jesús quiere ser tu amigo?
• ¿Alguna vez le has pedido algún consejo al Señor Jesús? ¿Te atreverías a hacerlo?

Aplicación práctica:

• Toma un tiempo para hablar con Jesús, cuéntale tus necesidades, lo que sea que te angustie, pero no sólo eso, atrévete a contarle también aquello que te hace feliz en tu día a día, tus sueños, etc. Siéntete seguro/segura, de que puedes compartir con Jesús, TODO.
• Así como cuando conversas con tus amigos, tómate un tiempo no solo para expresarle todo lo anterior, sino también para escucharlo, te sorprenderás.

¡Dios te bendiga!