Las ColinasMuestra

Qué increíble oportunidad tenemos de ser lo que la Biblia llama una "epístola (carta) viviente". Se trata de alguien que, a través de su vida cotidiana, se convierte en una carta viva y palpitante de la bondad y la gracia de Dios. Una persona que puede compartir y dejar que esa luz sea experimentada por cualquiera que se encuentre con ella en esta vida. La luz de Dios brilla a través de ti y de mí para que otros puedan experimentar a Dios obrando en nosotros. A fin de que otros puedan conocer a Jesús y también recibir su luz. Cuanto más sigamos transformándonos a imagen de Dios, más brillará nuestra luz en nuestros hogares, comunidades y en el mundo.

Esta semana, piensa en las personas que forman parte de tu vida y en los espacios y lugares que frecuentas. ¿Qué sería para ti ser una epístola viviente? ¿Compartir la luz de Jesús con aquellos con los que te encuentras dondequiera que vayas?