Versículos MaravillososMuestra

«Un enemigo en el paraíso»

Génesis 1 y 2 no dan una palabra sobre la batalla que está por venir. Vemos la creación de Dios. Era buena. Dios creó a Adán, entonces creó a Eva. La narrativa sobre la creación termina con Adán y Eva desnudos y sin temores. Hay confianza y transparencia en el paraíso. Las cosas están muy bien. ¡Pero espere! Génesis 3 abre con una serpiente astuta que sutilmente sugiere que Dios no es bueno y que no se puede confiar en Él. Hay un enemigo en el paraíso, un oponente de Dios, quien se convertiría en Satanás. Satanás vino para engañar y devorar.  ¿Cuál es su estrategia? Escucha sus palabras a Eva: «¿Con que Dios dijo: “No comerás de ningún árbol del jardín?”»

¿Puede oír la incredulidad en su tono? Parece que dijera: «Yo no puedo creerlo». «¿Realmente Dios ha dicho que no puedes comer de ningún árbol en el jardín? ¡Qué injusto!» ¿Qué está haciendo Satanás? Está sugiriendo que Dios no es bueno. Está cuestionando el amor de Dios por Eva. Está cuestionando la bondad de Dios hacia Adán y Eva. Está insinuando que Dios ha reservado algunas cosas de Eva y que ella realmente las necesita. Esta todavía es una estrategia satánica. Satanás quiere devorarte. Espera oír la misma voz en tu cabeza. Oirás la voz sugiriendo que Dios no es bueno, que Dios realmente no te ama, que Dios es injusto contigo, que Dios es duro de complacer, que Dios es de hecho el malvado de la historia.

¿Ha oído esa voz? Seguro que sí. Cuando lo haces, reconoce su fuente. No seas ingenuo sobre la guerra espiritual que no se ve. Detrás de todo pecado, viene la sospecha de que Dios no es muy bueno y por lo tanto no puede ser confiable. Esta es la principal táctica de Satanás en su búsqueda por arruinar tu vida y devorar tu alma.

Puedes escuchar cosas como: «Dios es tan injusto lo que dice sobre el divorcio (o adulterio, u honestidad en tus negocios, o dar con generosidad, o perdonar a tu padre, o los cristianos se casan solamente con cristianos, o la pornografía)». «Dios está reteniendo algo que yo necesito para ser feliz». «Lo que aplica para otros, no aplica para mí. Mi situación es diferente». ¡No lo escuches! Cierra tus oídos de la voz del engañador. Mantente firme en la fortaleza de Cristo.