No Has Trabajado En vanoMuestra
Te sorprendería saber que Isaías, el profeta mesiánico por excelencia, también experimentó este mismo sentimiento de que había logrado poco. En Isaías 49:4 leemos estas palabras: “Pero yo dije: 'En vano he trabajado; en vano y sin provecho he gastado mis fuerzas...". Nota que estas son las palabras de Isaías quien fue llamado por Dios en una edad madura.
Pero también el texto, un poco más adelante, en los mismos labios del profeta, nos recuerda: “... Me llamó desde el vientre, desde las entrañas de mi madre tuvo mi nombre en memoria. Y puso mi boca como espada aguda...Ahora pues, dice Jehová, el que me formó desde el vientre para ser su siervo, para hacer volver a él a Jacob y para congregarle a Israel” (Isaías 49:1-5).
Este texto es muy esperanzador porque nos anima a considerar que, en oportunidades, el “trabajar en vano” Dios lo contempla en la labor que relizamos para Él, quien más adelante también nos dice: “... Mi siervo eres tú,... porque en ti me gloriaré” (Isaías 49:3). Esto indica que sí o sí, el Señor tarde o temprano se glorificará en la labor que realizamos en su nombre y para su gloria.
Ahora, querido lector, quisiera animarte a hacer tuyas estas palabras que forman parte de la Palabra del Señor: “Porque no tenemos un sumo sacerdote incapaz de compadecerse de nuestras debilidades, sino uno que ha sido tentado en todo de la misma manera que nosotros, aunque sin pecado” (Hebreos 4:15).
Al leer estas palabras, creo que las Escrituras nos confrontan con el amor y la esperanza que tenemos en Jesús. Me explico, este texto nos permite comprender que Hebreos 4:15 no es solo un cliché (como algunos piensan), porque nos recuerda que nuestro Salvador realmente se compadece de nuestros males, y fue tentado en todo como nosotros, pero sin pecado.
¿Te lo puedes imaginar? Al mismo tentador diciéndole al Señor: "Tu misión no ha sido cumplida. Tu vida ha sido un fracaso. No tienes nada que mostrar por todo tu trabajo".
Ahora, ¿cuál era exactamente la misión de Cristo? Según la profecía de Isaías, era traer a Israel otra vez a Dios, volver las tribus de Jacob de su maldad e idolatría a los caminos del Señor (Isaías 49:6).
Y Jesús habría de predicar una palabra tan afilada como una espada de doble filo que pudiese atravesar el más duro de los corazones con el fin de hacer volver a Israel a los caminos del Señor.
Así que Cristo vino al mundo para cumplir la voluntad de Dios e hizo tal y como le fue ordenado, sin una sola palabra pronunciada o hazaña hecha sin la dirección del Padre. Jesús estaba en el mismo centro de la voluntad del Padre, teniendo total autoridad y el más poderoso mensaje. Pero Israel lo rechazó: “A lo suyo vino, pero los suyos no lo recibieron” (Juan 1:11).
Piensa en esto: Jesús le predicó a una generación que vio milagros increíbles: ojos ciegos se abrieron, oídos sordos oyeron, los lisiados caminaron. Sin embargo, los milagros de Cristo fueron repudiados y minimizados, y sus palabras fueron ignoradas, sin poder traspasar los corazones endurecidos de la gente.
Es más, su predicación solo logró enfurecer a las sectas religiosas. Sus propios seguidores decidieron que su palabra era muy dura y se alejaron de Él (véase Juan 6:66). Al final, hasta sus discípulos más cercanos, los doce escogidos, lo abandonaron. Y la nación que Jesús vino a reunir con el Padre gritó: “¡Crucifíquenlo!”
Imagínate el dolor que Cristo sintió al escuchar esas palabras. Solo puedo especular, pero creo que este fue el momento en que Jesús pudo pensar: “He trabajado en vano”.
¿Qué tal tú? ¿Crees poder en este mismo momento hacer tuyas las palabras del Salmo 22 y repetir las mismas palabras que pronunció el salmista? “...Te pidieron ayuda, y les diste libertad; confiaron en ti, y no los defraudaste".
Escrituras
Acerca de este Plan
Te sientes desanimado al reflexionar que sientes que no has logrado mucho y que el tiempo pasa muy de prisa como agua entre tus dedos, y a pesar de los años de oración, crees que las palabras que creíste escuchar de Dios no se han cumplido. Mientras otros a tu alrededor parecen tenerlo todo bajo control, tú sientes un profundo sentido de fracaso.
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Nos gustaría agradecer a Conociendo a Dios por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://conectar.conociendoadios.net/