Intimidad (Más profundo con Dios)Muestra

"Que la gracia del Señor Jesucristo, el amor de Dios y la comunión [relación de amistad e intimidad] del Espíritu Santo sean con todos ustedes" (2 Corintios 13:14).

¿Qué es la intimidad con Dios?

Descubrir la respuesta a esta pregunta durante este devocional te puede cambiar la vida, pero antes que el Señor te enseñe acerca de la intimidad en estos días, permíteme decirte qué “no es” la intimidad.

La intimidad no es creer que Dios existe. No es tener una religión; por cierto, tampoco es ir a la iglesia. Esas cosas son buenas, pero ninguna de ellas son intimidad. La intimidad no es servir en un ministerio, cantar en la iglesia, tocar un instrumento musical, ser maestro de niños o predicar; ninguna de esas cosas son intimidad. Intimidad no es lo que hacemos para Dios. Intimidad tampoco es una emoción o la experiencia de una reunión o un congreso, la intimidad no está hecha de un momento, ni siquiera de una atmósfera en un lugar.

Una de las principales razones de ser de este devocional es precisamente ayudarte a comprender que tu éxito en el plan de Dios para tu vida no está escondido en una experiencia espiritual en una reunión el domingo, sino en tu vida diaria, es decir, lo que tú haces todos los días. ¿Por qué?

Porque la intimidad es una relación. No de un día, no de un evento, de una vida. No se construye los domingos, ni en tres días, sino cada día, en el lugar que tú le das al Señor en tu rutina diaria.

La intimidad es una invitación divina a una relación personal, consistente y perseverante con tu Padre celestial. Personal, porque solo es entre tú y Dios. Consistente porque debe ser parte de tu estilo de vida. Perseverante, porque debes perseguirla y defenderla como algo de mucho valor.