Cultura empresarial.Muestra

“No pondré cosa indigna delante de mis ojos; Aborrezco la obra de los que se desvían; No se aferrará a mí. El corazón perverso se alejará de mí; No conoceré maldad. Destruiré al que en secreto calumnia a su prójimo; No toleraré al de ojos altaneros y de corazón arrogante” (Salmo 101:3-5).

No solo para sí mismo, sino también para su personal, David tiene un alto nivel de exigencia. La mentira, la astucia y la arrogancia, no quiere tener nada que ver con ello. Los valores y la integridad son más importantes que los logros.

Sin embargo, esto puede ser difícil, como lo experimentó David con Joab, su comandante en jefe. Cuando los éxitos de Joab le han valido una posición más fuerte dentro de las tropas de David, cada vez actúa más a menudo de forma independiente. Mata al hijo de David en contra de sus deseos explícitos (2 Sam. 18: 9-14) y posteriormente mata a su competencia directa por el puesto de comandante en jefe (2 Sam 20: 4-13).

David no es capaz de controlarlo y solamente después de su muerte, su hijo Salomón ajustará las cuentas (1 Reyes 2: 5-6).

Rick es el director general de una empresa de ventas. Contrata a un gran vendedor que se convierte en un excelente jefe de ventas. Los resultados que consigue este jefe de ventas están muy por encima de la media del mercado.

A medida que este jefe de ventas es consciente de su posición, cada vez toma más a menudo sus propias decisiones de forma independiente. Utiliza su posición y sus éxitos para permitirse privilegios que van más allá de lo aceptable. Se vuelve arrogante. Le gusta hablar de sus propios éxitos y habla despectivamente de los demás. A Rick no le gusta esto, pero los resultados son buenos, así que lo deja pasar.

Poco a poco, Rick se da cuenta de que otros empleados copian este comportamiento. Esto se convierte en un grupo de machistas dentro de la empresa que tratan a los demás de forma despectiva. Rick se da cuenta de que esto se le va de las manos.

Decide que hay que despedir al jefe de ventas. También sabe que, al despedir a este jefe de ventas, pasará un año difícil y perderá parte de su cuota de mercado. La conversación también es difícil para Rick, porque el jefe de ventas en cuestión se ha convertido en un confidente y amigo.

Todo está mal, y se pregunta en qué momento debería haber intervenido para evitar todo esto. Llega a la conclusión de que se equivocó en su propio corazón. Prefirió el beneficio económico, el éxito y evitar la confrontación a mantener los valores en alto y preservar la integridad. Su deseo de éxito fue mayor que su pasión por hacer un buen trabajo.

Pregunta del día:

Como empresario, ¿cómo y dónde se ha de trazar la línea cuando los valores y los resultados compiten?