Sus Misericordias Son Nuevas Cada MañanaMuestra

La misericordia representa el trato compasivo que Dios le da a una persona más allá de sus méritos, en virtud de la expiación de la obra todo suficiente de Jesucristo a favor nuestro.

Cuando la Biblia habla de misericordia usa varios términos, pero hay dos que sobresalen. En el Antiguo Testamento vemos el término hebreo «jesed» que significa, entre otras cosas, bondad, misericordia, gracia, amor y fidelidad. En el Nuevo Testamento encontramos el término griego «eleos» que se refiere a la manifestación externa de la compasión.

Saber que nuestro Padre Celestial conoce nuestras debilidades y pecados. Nos muestra “Jased, eleos” en otras palabras misericordia, nos debe mover a rendirnos por completo a Él y a su vez reconocer nuestra total y absoluta dependencia en Él a través de la oración, devoción y entrega.

Es por esto que quisiera compartir contigo querido lector algunas de mis oraciones que sin duda te servirán para construir las tuyas y desde ese momento de intimidad, rendición y devoción a Dios puedas reconocer el Señorío y la Soberanía de Dios sobre tu vida y a la vez, puedas darle gracias al Señor por sus misericordias que se renuevan sobre tu vida a diario.

“Sé que no hemos sido destruidos porque Dios nos tiene compasión. Sé que cada mañana se renuevan su gran amor y su fidelidad. Por eso digo que en él confío; ¡Dios es todo para mí! Invito a todos a confiar en Dios porque él es bondadoso” (Lamentaciones 3:22-25 TLA).

Señor Jesús: Gracias porque es tu sacrificio lo que me hace un recipiente de la gracia y el amor del Padre Celestial; tú eres todo lo que tengo y todo lo que necesito. Tú eres mi provisión, mi paz, mi refugio seguro, mi sanidad y mi reposo.

Gracias por permitirme ver en medio de mis pruebas, tu corazón compasivo, tu presencia real, tu consuelo y tu poder absoluto.

Señor, cuando la vida me abruma y me faltan las fuerzas, mi corazón se quebranta y me siento débil y sola; es tu Espíritu Santo quien me anima a no rendirme ante el quebranto, la enfermedad, el dolor o las necesidades.

Recordar que tú me amas y que tienes el control de todo, hace que mi esperanza y mis fuerzas se renueven cada mañana.

Saber que no estoy sola, que mi amado Padre Celestial me ama con un amor infinito, que su bondad hacia mí no se agota y que su fidelidad se renueva cada día, me permite repetirme una y otra vez: «¡El Señor lo es todo para mí; por eso en él confío!».

En el precio nombre de Jesús, amén.