El NiñoMuestra

Cuando piensas en alguien a quien consideras muy bendecido, ¿quién te viene a la mente? ¿En un atleta del Salón de la Fama, un autor de una serie famosa de libros o un cantante con muchísimos éxitos? Quizás es alguien que conoces, como uno de tus padres que acaba de recibir un ascenso, alguien popular en la escuela o un hermano mayor que parece ser bueno en todo lo que hace. Normalmente, cuando pensamos en alguien bendecido, nuestra mente nos lleva a alguien que ha logrado hacer algo extraordinario. Alguien que ha conseguido ser exitoso, alcanzar un gran logro o ser muy conocido en todo el mundo. Pero ¿y si es más que eso? Por ejemplo, tomemos a María. Cuando vemos su historia: una mujer adolescente, embarazada y soltera que tuvo que dejar su pueblo con su prometido para dar a luz a un hijo que no planeó, de una manera que no esperaba, lo último en lo que pensamos es que era bendecida, ¿verdad? Sin embargo, en sus propias palabras, así es como ella lo veía. Ella tenía una profunda comprensión de que Dios había elegido a una joven y ordinaria sierva para ser parte de la vida de un extraordinario Niño. Incluso en el momento más inesperado, ella confió en Dios y en que era bendecida.

Esta semana, permite que la historia de María te recuerde que Dios también está obrando en tu vida. Sin importar cómo se vea tu vida en este momento, Dios aún puede elegir usarte para hacer algo increíble y bendecir a otros.