Haz una ReverenciaMuestra

Una de las mejores cosas sobre seguir a Jesús es que no tenemos que preguntarnos por qué Jesús vino al mundo ni qué nos llama a hacer. Su vida, ministerio y sus palabras responden todo eso y más. Mientras estuvo en la tierra, Jesús compartió su propósito y misión: él, el Hijo de Dios y el Hijo del Hombre, no vino para ser servido, sino para servir. Pero para Jesús, estas fueron más que solo palabras. Él demostró esta actitud en cada aspecto de su vida en la tierra. Desde tomar forma humana y pasar tiempo con personas marginadas por la sociedad, hasta sanar a los enfermos, alimentar a los pobres y morir en la cruz por nuestros pecados, Jesús sirvió con humildad en todo lo que hizo.

Así que hoy, como seguidor de Jesús, considera cómo puedes hacer lo mismo. ¿A quién puedes servir que sea parte de tu vida? ¿A quién puedes esforzarte por ayudar o cuidar? Recuerda, incluso el acto de servicio aparentemente más simple y pequeño puede marcar la diferencia en la vida de alguien.