Felices Para SiempreMuestra

¿Cuándo fue la última vez que te enojaste muchísimo? ¿Cuándo fue la última vez que te sentiste muy triste o súper preocupado? Probablemente te vino una respuesta inmediatamente a la mente. Es porque esos sentimientos, aunque no siempre son divertidos, son parte de la vida. ¡Son normales! Sin embargo, aunque sabemos que es normal experimentar esos sentimientos, a veces nos preguntamos si estamos haciendo algo mal al sentirlos. Porque, después de todo, ¿no se supone que debemos estar felices todo el tiempo si estamos siguiendo a Jesús? La respuesta a esa pregunta es un gran ¡NO! Dios nos creó como seres humanos, capaces de experimentar una amplia gama de sentimientos. Eso significa que a Dios no le toma por sorpresa nuestra sorpresa, decepción, enojo ni ningún otro sentimiento que experimentemos. Como Dios nos creó y le pertenecemos, podemos confiar en que él entiende cómo nos sentimos y nos ama incondicionalmente, sin importar las circunstancias.

Esta semana, cuando te sientas de alguna manera, escríbelo. ¡No te dé pena! Escríbelo todo, lo bueno, lo malo y todo lo que suceda en medio. Al final de la semana, escribe este versículo encima de esos sentimientos para recordarte que no debes sentir vergüenza por cómo te sientes. En Dios puedes encontrar consuelo.