El don del miedo

"Tal amor no tiene temor, porque el amor perfecto expulsa todo temor. Si tenemos miedo, es por temor al castigo, y esto demuestra que no hemos experimentado plenamente Su amor perfecto". (1 Juan 4:18 NTV)

¿Alguna vez has considerado lo que el miedo nos hace hacer? Puede crear muros emocionales que excluyen a las personas para protegernos de ser lastimados. El miedo puede hacer que algunos impongan restricciones adicionales para proteger y evitar pérdidas. Si observas profundamente a una persona controladora, preocupada e incluso enojada, es posible que veas el miedo como su motivación. Puede ser miedo a la pérdida, miedo al fracaso, miedo a la vergüenza o miedo a ser herido, pero es miedo en el fondo.

El antídoto para este miedo que vive dentro de nosotros y nos hace hacer cosas horribles, lo creas o no, es el amor. Sin embargo, no es solo nuestro amor, sino el amor perfecto que abrazamos. Mejor dicho, es el amor perfecto de Jesús. Su amor es el único amor perfecto. Este amor es la vida de Jesús que vive dentro de nosotros. Esta vida dentro de nosotros hace que el miedo caiga de rodillas y salga de nuestra vida, y el fruto de la paz sigue.

Ahora nuestro regalo de Navidad. He descubierto que no puedo dar más que el Señor. Cuando le doy algo, Él me devuelve algo aún más grande que mi regalo. Por esta razón, pido que ofrezcamos nuestro segundo regalo a Jesús como regalo de cumpleaños. Abracemos Su amor perfecto profundamente en nuestros corazones y démosle esas cosas que tememos. Confiémosle esos temores como si estuvieran presentes en una caja envuelta en papel de regalo y colocados debajo del árbol. Regocíjate envolviéndolo y poniéndole Su nombre. Dáselo sin reservas. Él quiere que hagamos esto, porque Él quiere sacar de nosotros lo que se interpone en el camino del valor que Él infundirá en nosotros. Ahora, ¿no es ese un intercambio de regalos que quieres tener? Tú le das tu temor, y Él te da Su valor. ¡Qué trato!