Si Permanecéis en Mí.Muestra
“También vimos allí gigantes, hijos de Anac, raza de los gigantes, y éramos nosotros, a nuestro parecer, como langostas; y asi les parecíamos a ellos" (Números 13:33 RVR1960).
Si lo lees de nuevo te darás cuenta, que esa era la opinión de algunos de los hijos de Israel; no la opinión de los hijos de Anac.
¿Cómo te ve el diablo a ti ? ¿Te ve como un terrible y poderoso guerrero de Dios ... o te ve como un debilucho al que puede azotar cuando quiere?
La respuesta a esa pregunta depende de ti. Me di cuenta de eso un día mientras estudiaba a los hijos de Israel y su fracaso para entrar a la Tierra Prometida. La clave de su fracaso se encuentra en estas palabras: "Y nosotros éramos a nuestro parecer como langostas, ( o como grillos ) y así les parecíamos a ellos.
La razón por la que los israelitas estaban tan aterrorizados de luchar contra los gigantes en Canaán no era porque esos gigantes fueran tan grandes. Fue porque los israelitas se veían a sí mismos como tan pequeños. Fue lo que eran ante sus propios ojos lo que los derrotó.
Lo mismo es cierto para ti como creyente. Es lo que eres ante tus propios ojos lo que marcará la diferencia. Si, en tu propia opinión, eres un cristiano débil e impotente, el diablo te atropellara,
Pero cuando comiences a verte a ti mismo como Dios te ve, como un hijo o hija conquistador del Dios Todopoderoso, equipado con el poder mismo de Dios, el diablo querrá mantenerse alejado de ti.
El diablo preferiría hacer cualquier cosa que enfrentarse a alguien valiente porque él mismo es un cobarde. De hecho, desde que Jesús salió de esa tumba, el corazón de Satanás se atemoriza dentro de él al oír ese Nombre en la boca de alguien que tiene fe en Jesús.
Si no eres fuerte en el Señor ante tus propios ojos, debes cambiar eso. Necesitas estar tan lleno de la Palabra de Dios y tan lleno del Espíritu Santo que camines como un gigante espiritual. Dale la vuelta al diablo y deja que descubra lo que se siente ser una langosta.
Iglesia La Embajada.
Escrituras
Acerca de este Plan
La palabra permanecer es muy importante. Cuando Jesús nos dijo que obedeciéramos sus mandamientos y guardáramos su Palabra, no estaba refiriéndose a que nos limitáramos a seguir un montón de normas y reglas de alguna religión, se estaba refiriendo a la unión constante del creyente con Cristo. La mayoría de los creyentes, no tienen idea alguna de lo que eso significa y esa es una de las razones por las cuales experimentan tan poco poder.
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Nos gustaría agradecer a Julio Arboleda por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://Iglesialaembajada.org