Ni Yo Te CondenoMuestra
Me gusta pensar que somos una obra en construcción, ningún edificio se ha construido a si mismo, todos necesitan ser construidos por un equipo de trabajo guiado por un arquitecto.
Pues bien, así es nuestra vida, somos una obra en constante construcción ¿hasta cuándo? Hasta que Dios, en su soberanía y sabiduría sepa que estamos listos ¿para qué? Para adorarlo en espíritu y en verdad con un corazón conforme a su voluntad.
Y eso, mi querido amigo, será cuando estemos en su presencia.
Lo que más anhelo de estar en su presencia es eso, que por fin le voy a dejar de fallar, así es, cada vez que peco le fallo.
No sé tú pero yo logro identificarme muy bien con Pablo cuando asegura que quiere hacer lo bueno y termina haciendo lo malo y me doy cuenta que él siendo el autor de la mayor parte del nuevo testamente tuvo esta lucha hasta día de su muerte y nos dejó una evidencia escrita de esto para que entendamos que nuestra dependencia de Dios debe de ser constante porque, de otra manera, fallaremos una y otra vez.
¿Por qué empiezo con esto? En este punto supongo que piensas que no tiene nada que ver con una mujer adúltera que querían apedrear, sin embargo, tiene todo que ver.
Muchas de nuestras decisiones nos llevan a alejarnos de Dios, en este caso, esta mujer fue sorprendida teniendo relaciones sexuales con un hombre que no era su esposo y tu dirás: “Bueno, eso fue ella, yo no hago eso”.
Y sí, es muy probable que no peques de esa manera, sin embargo, todos pecamos, todos estamos destituidos de la gloria de Dios hasta que venimos a Cristo con una actitud arrepentida y ante su presencia, podemos ser primero confrontados con nuestro pecado para después ser perdonados y caminar ahora sí, siguiéndole.
La ley mandaba apedrear a los adúlteros, hombre y mujer en el libro de Levítico capítulo 20:10 y en Deuteronomio capítulo 22: 22-24 encontramos la orden que Dios dio al pueblo de apedrear a ambos hasta matarlos.
Pero en este caso solo fue llevada la mujer, ¿por qué? Porque en realidad no se trataba de ella sino de ponerle una trampa a Jesús.
Sin embargo, Jesús só se centra en ella y la confronta con su pecado y la perdona y no solo eso, la restaura y le da la oportunidad de una nueva vida: Irse a casa y no pecar más.
¿Cuáles son los pecados que debes dejar hoy a los pies de Jesús? ¿Qué forma de vida que sabes que no agrada a Dios debes cambiar?
Acerca de este Plan
Una mujer en pecado, un grupo de acusadores y la maravillosa gracia de Jesús nos hacen abrir los ojos y entender que solo Jesús es el único y suficiente Salvador, nuestro refugio seguro y el único que puede juzgar.
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Nos gustaría agradecer a Murmullos de Dios por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://www.instagram.com/murmullos_de_dios/