De La Nostalgia a La Esperanza en Dios (Salmo 42)Muestra

En la búsqueda de Dios

El salmista aparentemente está desterrado – lejos de la casa de Dios - se siente alejado de Dios. Compara su ansia por la comunión con Dios con lo que siente el venado cuando no puede encontrar agua.

El salmista reconoce que su sed espiritual sólo puede ser satisfecha por Dios. Esta sed por el "Dios vivo", no es sólo un concepto abstracto o una deidad distante, sino un Dios personal y concreto.

Sólo Dios puede satisfacer la necesidad profunda en el corazón del hombre. Y hasta que el hombre no se conecta con Dios, vive vacío. Si no se está lleno de Dios, la persona estará vacía o lleno de cualquier otra cosa (fama, dinero, poder, placer, etc.) que no satisface verdaderamente. La gente nunca se siente satisfecha con nada, pues sólo Dios satisface.

Jesús en su conversación con la samaritana le dijo a ésta que quien beba agua natural, volverá a tener sed; pero quien bebe de él (su palabra, él mismo), no tendrá sed jamás (sed espiritual).

Esta sed es reconocida cuando la persona ha probado de Dios, y luego se siente lejos de Él. Quien ha experimentado el gozo de la comunión con Dios, nunca estará satisfecho sin esta comunión. Cuando algo la interrumpe siente tristeza.

El salmista sueña con ir a la casa de Dios, ¿Cuándo vendré, y me presentaré delante de Dios? “No es que no crea en que Dios esté en todos lados, o que Dios no está con él. Después de todo, él está orando a Dios en los salmos. Pero al estar su ser lejos de casa de Dios le ha desanimado, y su estado de tristeza le ha causado que sienta que Dios está ausente” (Boice).

Sin embargo, su énfasis no está en los ritos que se practican en el templo, sino en la presencia de Dios que habita en el templo. “No solamente por el templo y las ordenanzas, sino por el compañerismo con Dios mismo. Nadie sino el hombre espiritual puede simpatizar con esta sed” (Spurgeon).

Mi alma (Nefesh: mi respiro, mi aliento vital, mi ser profundo), manifiesta de donde procede esa sed y quien puede calmarla. Para el salmista Dios no es una idea, un concepto, una palabra o un rito, sino una necesidad sentida, una experiencia vital. San Agustín expresa elocuentemente esta ansia: “Oh Dios, nos creaste para ti y nuestro corazón andará siempre inquieto mientras no descanse en ti”.

En el corazón del hombre existe un recipiente que solo Dios puede llenar. Cuando falta Dios, ese recipiente está vacío. Podemos llenar ese recipiente con otras cosas distintas a Dios, pero la sed espiritual y existencial no será satisfecha, porque sólo Dios satisface las más profundas necesidades del alma del ser humano.

El hombre “suspira por esa unidad dentro de él y con Dios”. Tiene una sed insaciable para lo Eterno, que no puede calmar y saciar sino únicamente Dios.