Regocíjate- Celebrando El Tiempo De AdvientoEjemplo

Dios se opone a los soberbios

Leer: Lucas 1:51-53; Apocalipsis 3:17-20; Santiago 4:6-10

EOAO: Lucas 1:52-53

“Derribó de los tronos a los poderosos
y exaltó a los humildes.
A los hambrientos colmó de bienes
y a los ricos envió con las manos vacías".

En el Texto

María se centró en otro aspecto del carácter de Dios. Afirmó que Dios está en contra de los orgullosos, arrogantes y autosuficientes pero ayuda a los humildes. Ella hizo un contraste de cómo Dios derriba a los ricos y poderosos mientras levanta a los pobres y hambrientos. Esto puede llevarlo a hacerse la pregunta: ¿Dios favorece a ciertas personas más que a otras? ¿No es Dios misericordioso con todos?

Una imagen puede ayudarnos a entender esto. Mientras Jesús estaba colgado en la cruz, su sangre brotó de su cuerpo. Esta sangre era el río del amor de Dios que fluía por el mundo entero. Sin embargo, así como el agua que fluye hacia abajo no puede alcanzar los objetos de arriba, así el amor de Dios no es recibido por los orgullosos y arrogantes que no ven la necesidad de su misericordia y perdón. Parece que cuanto más seguras se sienten las personas en este mundo a través de su popularidad, riqueza o poder, etc. más difícil les resulta ver su desesperada necesidad de Dios.

El agua fluye hacia los valles y es absorbida por el suelo blando. De la misma manera, la misericordia de Dios es recibida por personas humildes, cuyos corazones han sido ablandados por Su Espíritu y quebrantados al darse cuenta de que son pecadores y completamente incapaces de salvarse o cambiarse a sí mismos. Son estas personas a quienes Dios se deleita en ayudar, porque admiten humildemente que lo necesitan. Le piden misericordia y le dan la gloria cuando derrama su gracia sobre ellos.

Muchas veces pensamos que necesitamos más dinero, influencia y amigos. Admiramos y nos enfocamos en aquellos que están por encima de nosotros en belleza y estatus. En estos momentos, es especialmente importante recordar que Dios, que no tiene predilección por nadie, Él, mira a los despreciados y humillados. Debemos luchar diariamente por la humildad, deleitándonos cuando podemos servir a los demás. Incluso si somos ignorados o incluso rechazados, podemos confiar en que Dios nos ve. Él es un Dios que se inclina en misericordia hacia las personas más indignas, menos amadas e indignas para derramar sobre ellas su gracia de una manera especial.

Oración

Señor Jesús, has ablandado mi corazón orgulloso. Has derramado tu amor sobre mí y te preocupas profundamente por mí. Sin tu misericordia, no habría esperanza para mí. Gracias por tu amor y gracia. Amén.