La Actitud De Agradecimiento a DiosMuestra

La gratitud es una de las actitudes fundamentales que necesitan estar presentes en la relación del creyente con Dios

Dad gracias en todo, porque esta es la voluntad de Dios para con vosotros en Cristo Jesús (1 Tesalonicenses 5:18).

Un corazón agradecido es un indicador de que tu corazón se siente atraído hacia el corazón de Dios, y de que crees que él es bueno, fiel, y digno de tu confianza.

Dar gracias a Dios es honrarlo, es una manera de glorificarlo al reconocer lo que ha hecho. Quien me ofrece su gratitud, me honra; al que enmiende su conducta le mostraré mi salvación (Salmo 50:23 -NVI).

Cuando reconocemos cuán misericordioso ha sido el Señor con nosotros, dada la magnitud de nuestra salvación, dar gracias debe ser la respuesta natural del corazón agradecido. No podemos decir que amamos a Dios y, al mismo tiempo, no vivir con gratitud. Ambas cosas, van de la mano.

En 1 Tesalonicenses 5:18 somos exhortados a ser agradecidos con Dios: Den gracias en todo, porque esta es la voluntad de Dios para ustedes en Cristo Jesús. Es la voluntad de Dios que vivamos con gratitud. Al hacerlo, lo honramos.

Es inconcebible una relación y comunión con Dios, que excluya la gratitud, pues Dios constantemente está dando de Su gracia. Dios es dador por naturaleza. De hecho, ya Dios lo dio todo al dar a Su Hijo Jesús: "Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito…” (Juan 3:16). Se necesita ser miope espiritual para no ver la gracia de Dios. El agradecimiento, entonces, se convierte en la respuesta natural de alguien que experimenta el amor y la bondad de Dios.

Ahora, la gratitud no es un producto casual; no brota por generación espontánea; implica un estilo de vida que requiere ser cultivado con enfoque y disciplina, recordando con detalle, los beneficios de Dios.

Este estilo de vida incluye el optimismo, la esperanza, la humildad y el contentamiento. “Ser agradecido no se consigue sin esfuerzo e intencionalidad. Es una decisión que requiere renovar constantemente nuestra mente con la verdad de la Palabra de Dios, determinar que nuestro corazón se deleite en Dios y en sus dones, y disciplinar nuestra lengua para decir palabras que reflejen su bondad y Su gracia hasta que un espíritu agradecido llegue a ser nuestra respuesta reflexiva ante todo en la vida” (Nancy Leigh DeMoss).

Por otra parte, el agradecimiento o acción de gracias es un componente esencial de la oración. Es inconcebible la oración sin agradecimiento. Oración sin agradecimiento es otra cosa: exigencia, rito, religiosidad. Acertadamente el apóstol Pablo nos insta a orar con agradecimiento: “Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias” (Filipenses 4:6).