¿Cómo Puedo Confiar en Dios?Muestra
CONFÍA EN QUE DIOS ES TU SANADOR
Mateo 8:2-4: De pronto, un hombre que tenía lepra se acercó a Jesús, se arrodilló delante de él y le dijo: —Señor, yo sé que tú puedes sanarme. ¿Quieres hacerlo? Jesús puso la mano sobre él y le contestó: —¡Quiero hacerlo! ¡Ya estás sano! Y el hombre quedó sano de inmediato.
Confiar en que Dios es nuestro Sanador implica reconocer que Él tiene el poder absoluto para traer sanidad a nuestras vidas, ya sea física, emocional o espiritual. La historia del hombre leproso que se acerca a Jesús nos enseña la importancia de nuestra fe en Su capacidad de sanar. Este hombre no solo sabía que Jesús podía sanarlo, sino que también se acercó a Él con humildad, reconociendo su necesidad.
La pregunta del leproso, "¿Quieres hacerlo?", nos recuerda que debemos aceptar la soberanía de Dios en nuestras vidas. Aunque sabemos que Dios tiene el poder para sanar, a veces nos enfrentamos a la incertidumbre de Su voluntad. Es crucial entender que Su respuesta puede no ser siempre la que esperamos, pero confiar en Su plan es fundamental. Su deseo de sanarnos está ligado a Su amor y propósito para nosotros.
Cuando tenía 22 años, estaba estudiando en la universidad, trabajando para pagar mis estudios y ayudar a mi familia. Además, servía en la iglesia, liderando un ministerio de alabanza para adolescentes y llevando una vida activa en la comunidad. Sin embargo, un día sufrí una caída que reveló una condición en mi cadera que había estado presente toda mi vida.
Después de la primera radiografía, comenzó un proceso largo y doloroso que dió a mi vida un giro de 180 grados. Tuve que dejar de trabajar y también dejar de asistir a la universidad porque no podía caminar sin dolor. En medio de esta tormenta, comencé a clamar a Dios por mi sanidad física, pero también me encontraba luchando contra la depresión y la ansiedad.
Un día, decidí rendirme ante Dios y le dije: "Si es Tu voluntad sanarme, lo acepto, pero no dejaré de servirte". Recuerdo que, a pesar de las limitaciones, cuando cantaba en la iglesia, saltaba y corría, haciendo todo lo que los médicos me habían prohibido. Era mi forma de luchar mi batalla en adoración. En esos momentos de alabanza, sentía que era el único lugar donde realmente estaba segura y que Dios no me soltaría. Sabía que, a Su debido tiempo, recibiría mi sanidad.
Hoy, después de años de esfuerzo y cuidado diligente con mi salud, tengo mi vida normal, contra todo pronóstico médico. Fui sanada por Su gracia
La sanidad que buscamos no siempre ocurre de la manera o en el momento que deseamos, pero nuestra fe debe permanecer firme. La sanidad puede manifestarse de diversas formas, y a veces la espera es parte del proceso de fortalecimiento de nuestra confianza en Él. En cada situación de necesidad, debemos acercarnos a Dios con la certeza de que Él está dispuesto a escucharnos y a actuar según Su perfecta voluntad.
Reflexiona:
- ¿Qué áreas de tu vida necesitas presentar a Dios para que Él traiga sanidad?
- ¿Cómo puedes fortalecer tu fe en la sanidad de Dios, incluso cuando la respuesta no es inmediata o no se presenta como esperabas?
Oración:
Señor, hoy vengo ante Ti reconociendo Tu poder para sanar. Creo que puedes traer sanidad a mi vida y a la de aquellos que amo. Ayúdame a aceptar Tu soberanía y a confiar en que harás lo que es mejor para mí. Aunque a veces no entienda Tu plan, sé que siempre estás trabajando en mi beneficio. Amén.
Escrituras
Acerca de este Plan
Aprender a confiar en Dios no siempre es fácil, pero es esencial para nuestra paz y bienestar. A lo largo de esta semana, reflexionaremos sobre cómo podemos experimentar Su bondad y fidelidad al reconocerlo como nuestro Ayudador, Proveedor, Sanador y Protector. También exploraremos el amor paternal de Dios y la importancia de aceptar Su soberanía, incluso en momentos de incertidumbre.
More
Nos gustaría agradecer a Valentina Cediel por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://open.spotify.com/intl-es/artist/2sgGPORsuWHa0mvMa8u9FT?si=oF5Xs0vYTjujKu3fuW8GyQ