Aprender a CaminarMuestra

Aprender a gatear antes de caminar.

Es el segundo día de este maravilloso plan, ayer dimos un paso clave, y hoy debemos poner un fundamento sumamente importante para vivir una vida con Cristo. Los cimientos no se ven pero determinan el equilibrio, permanencia y estabilidad de un edificio, así que en tu vida debes poner buenos cimientos para lograr exitosas edificaciones, ¿listo/a? ¡Entonces comencemos!

“Deseen con ansias la leche espiritual pura, como niños recién nacidos. Así, por medio de ella, crecerán en su salvación“.

Así como un bebé primero necesita leche para desarrollarse básicamente antes de poder gatear o caminar , el creyente comenzará su vida espiritual con lo esencial: la leche espiritual pura, que es la Palabra de Dios.

La leche espiritual es el alimento básico: un bebé no puede comer alimentos sólidos inmediatamente después de nacer. Necesita leche para desarrollar sus huesos, músculos y órganos. De manera similar, un creyente recién nacido en la fe necesita lo básico: entender la gracia, el amor de Dios y la salvación en Cristo.

Sin este fundamento, no puede haber un crecimiento saludable. Este proceso fortalece sus músculos y lo prepara para mantener el equilibrio.

En la vida cristiana, el "gatear" podría representar aprender a aplicar las verdades básicas de la Palabra en la vida diaria: confiar en Dios, orar y depender del Espíritu Santo. Caminar es el fruto del crecimiento: solo después de alimentarse bien y pasar por las etapas iniciales, un bebé puede caminar con seguridad. En términos espirituales, caminar representa un estilo de vida maduro, firme y guiado por el Espíritu. Esto no sería posible sin haber anhelado primero la "leche espiritual" y haber pasado por las etapas iniciales de desarrollo.

Oremos: Señor, reconozco que soy tu hijo/a, anhelo tener gran crecimiento y frutos a largo plazo, por eso al igual que un bebé no quiero saltar etapas en mi vida, tampoco debo apresurarme. La leche espiritual pura es esencial para llegar a una fe madura. Ayúdame a tomar el tiempo necesario para alimentarme y fortalecerme espiritualmente.