Cerrando El AñoMuestra

La importancia de las fechas especiales.

¿Te has puesto a pensar en que, aunque todos los días duran 24 horas, no todos los días son iguales? Si bien es cierto que en cada uno de los 365 días del año podemos ver la bendición de Dios sobre nosotros, hay días que son especiales. Fechas importantes, momentos únicos para detenernos y reflexionar.

Cuando vamos a la Palabra de Dios encontramos que el Señor le enseñó a Su pueblo a hacer pausas durante el año para tener momentos especiales con Él. Eran momentos en los que debían dejar a un lado incluso las labores cotidianas, los trabajos y las ocupaciones, para orar, pensar, y buscar encuentros significativos con su Creador. Había fechas incluso tan importantes, que no importa en donde ellos estuvieran, tenían que trasladarse a Jerusalén, al templo, y celebrar estas festividades. Año tras año, generación tras generación, el mandato de Dios era conmemorar dichas fechas.

Mira lo que encontramos en el libro de Levítico:

“El Señor ordenó a Moisés que dijera a los israelitas: «Estas son las fiestas que yo he establecido y a las que ustedes han de convocar como fiestas solemnes en mi honor. Yo, el Señor, las establecí.» Estas son las fiestas que el Señor ha establecido, las fiestas solemnes en su honor que ustedes deberán convocar en las fechas señaladas para ellas:” (Levítico 23:1-2,4).

Así como el pueblo de Israel tenía ciertas fechas durante el año en las que adoraban de forma especial a Dios, en nuestros días, el fin de un año nos brinda también esa oportunidad. Entre las celebraciones, las comidas y los regalos, podemos apartar un tiempo para detenernos, reflexionar y orar a Dios. Un tiempo para hacer un alto. Un tiempo para encontrarnos a solas con Él.

¡No perdamos la oportunidad! ¡Aprovechemos estas fechas especiales! ¡Seamos intencionales para buscar un tiempo y un lugar para tener encuentros significativos con Dios al concluir este año! Pongámoslo en práctica.