Fidelidad: Leyendo Con El Pueblo De DiosEjemplo

Desafío de Memorización:

13 He aquí el rey que habéis elegido, por el cual habéis pedido; he aquí, que el Señor ha puesto un rey sobre vosotros. 14 Si teméis al Señor, le servís y obedecéis su voz, y no os rebeláis contra el mandamiento del Señor, y si tanto vosotros como el rey que reina sobre vosotros seguís al Señor vuestro Dios, os irá bien - 1 Samuel 12:13-14 (RVR1960).

Introducción:

Las lecturas de hoy revelan la tensión entre los deseos humanos y la fidelidad de Dios. Israel exige un rey, rechazando a Dios como su soberano, pero Dios permanece fiel a Su pacto con ellos. En el Evangelio, Jesús se ofrece a Sí mismo como el pan de vida, satisfaciendo fielmente las necesidades más profundas de la multitud, incluso cuando ellos malentienden Su misión. Estos pasajes nos desafían a examinar si realmente confiamos en la fidelidad de Dios para satisfacer nuestras necesidades más profundas, o si buscamos esa satisfacción en cosas menores.

Pregunta para reflexionar: ¿Cómo estás confiando en la fidelidad de Dios para satisfacer tus necesidades más profundas en lugar de buscar satisfacción en cosas menores?

Refuerzo teológico:

En 1 Samuel 8, vemos cómo el pueblo de Israel, a pesar de haber experimentado la fidelidad de Dios a lo largo de los años, rechaza a Dios como su rey y pide un monarca humano. Esto refleja la tendencia humana de querer tomar el control y buscar satisfacción en las cosas que parecen más tangibles y cercanas, en lugar de confiar en el gobierno soberano de Dios. Sin embargo, a pesar de este rechazo, Dios permanece fiel a Su pacto y les otorga un rey, aunque advierte las consecuencias de su elección (1 Samuel 8:10-18). Esta fidelidad de Dios no depende de la obediencia del pueblo, sino de Su gracia y Su compromiso con Su promesa.

En el Evangelio de Juan 6:22-40, Jesús ofrece a la multitud el pan de vida, un símbolo de Él mismo, que puede satisfacer nuestras necesidades más profundas y eternas. Los oyentes, sin embargo, malinterpretan lo que Jesús les ofrece, buscando solo un pan físico que les dé satisfacción temporal. Jesús les explica que Él es el verdadero pan que da vida, y que solo Él puede llenar el vacío profundo que tienen en sus corazones. Aunque muchos rechazan esta enseñanza, la fidelidad de Dios se manifiesta en que Él sigue ofreciendo a Su Hijo como la única fuente de verdadera satisfacción.

Estos pasajes nos muestran que nuestra tendencia es buscar satisfacción en las cosas temporales o en soluciones humanas, pero sólo la fidelidad de Dios, que se revela en Su provisión en Cristo, puede llenar las necesidades más profundas de nuestro ser. Al igual que Israel rechazó a Dios en busca de algo que se ajustara a sus propios deseos, nosotros también podemos caer en la tentación de buscar plenitud en ídolos, ya sean materiales, emocionales o espirituales. Sin embargo, la verdadera satisfacción solo se encuentra en confiar plenamente en la fidelidad de Dios, quien, a través de Cristo, ofrece todo lo que necesitamos para vida y piedad.