Yo Me Cuido: 7 Días Para Una Renovación Integral De Tu AutoestimaMuestra

Devocional: ¿Qué piensa Dios sobre ti?

Aquí estamos en el día quinto y quiero que, en este día, sepas qué piensa Dios acerca de ti. En los días anteriores, pudimos ir desarrollando y aprendiendo sobre la autoestima en su profundidad y aquellos componentes que debemos tener en cuenta para lograr afianzar nuestro equilibro emocional y espiritual.

En el día de hoy quiero que descubramos juntos lo que Dios cree sobre tu vida. Es fundamental recordar que la manera en que Dios te ve es completamente diferente a cómo te puedes ver a ti mismo. La Biblia nos enseña que somos creados a su imagen y semejanza, lo que nos da un valor inherente y único. Dios no solo te creó, sino que te conoce profundamente, incluso más que tú mismo. Él ve más allá de tus errores, fracasos o inseguridades. Dios te ve como su hijo amado. Él te asegura que tiene planes de bienestar y prosperidad para tu vida. Cada paso que das es importante para Él y nada de lo que hagas le será ajeno. Está pendiente de tu vida, te cuida como la niña de sus ojos, te valora y ama como nadie jamás lo podrá hacer.

¿Porque a tantas personas les cuesta creer esto? ¿Porque seguimos dudando del amor que Dios expresa por nosotros y lo que está dispuesto a hacer en pos de nuestra vida? Las razones por las que a muchas personas les cuesta creer en el amor incondicional de Dios son profundas y complejas, pero se pueden identificar varios factores comunes:

1. Experiencias pasadas: Las experiencias de abandono, rechazo o abuso en la vida de una persona pueden generar una visión distorsionada de cómo se debe recibir el amor. Si alguien ha sido herido por relaciones humanas, puede tener dificultades para aceptar que Dios, quien no es humano, pueda amarlo de manera perfecta y constante. El dolor emocional de esas experiencias crea barreras mentales y emocionales que dificultan aceptar el amor divino.
2. Inseguridad y baja autoestima: Muchas personas luchan con sentimientos de insuficiencia o de no ser dignas de amor. La sociedad, con sus estándares a menudo inalcanzables, refuerza la idea de que debemos “merecer” ser amados a través de logros o perfección. Este pensamiento se traslada a la relación con Dios: puede ser difícil creer que Dios nos ama tal como somos, sin necesidad de cumplir requisitos previos.
3. Culpa y pecado: Muchas veces, las personas sienten que han hecho cosas que les impiden recibir el amor de Dios. El sentimiento de culpa por errores pasados o la percepción de ser indignos de gracia y perdón puede llevar a dudar de la disposición de Dios para amarnos. El temor de que Dios no pueda perdonarnos o no quiera tener una relación con nosotros es común en aquellos que luchan con su propia moralidad.
4. Falta de una experiencia personal con Dios: La relación con Dios, al ser espiritual, no siempre es fácil de experimentar de forma tangible. Algunas personas pueden conocer intelectualmente lo que la Biblia dice sobre el amor de Dios, pero no lo viven de forma personal. La falta de encuentros significativos con Su presencia hace que les cueste sentir Su amor de manera real.

Siempre habrá barreras a la hora de aceptar el amor incondicional de Dios, pero a pesar de estas barreras, el mensaje central de la Biblia es que el amor de Dios es incondicional y eterno. Tenemos asegurado ese amor, un amor que no se quiebra, que no tiene errores y que permanece para siempre.

Ten en cuesta esto: Dios no se cansará de buscarte, de llamarte y de darte nuevas oportunidades, incluso cuando dudes o te sientas distantes. No dejará de recordarte quien eres para El y el precio que ha pagado por tu vida.

La invitación es a rendirnos a esa verdad y dejar que Su amor transforme nuestras vidas, más allá de lo que creemos merecer.

¡Nos vemos para la próxima!